El papel de Sogama durante la pandemia: convierte residuos sanitarios en combustible
La Sociedade Galega do Medio Ambiente ha tratado en su planta de Cerceda un total de 157 toneladas de residuos sanitarios desde el estallido de la pandemia
La Sociedade Galega do Medio Ambiente (Sogama) pone números al papel realizado durante la pandemia. Su planta situada en el concello coruñés de Cerceda ha tratado 157 toneladas de residuos sanitarios desde el estallido de la crisis del Covid-19.
Casi la mitad de esta cantidad (65.000 kilos) se procesaron durante la primera ola; 69.800 durante la segunda ola; mientras que con los 22.700 kilos restantes se ha hecho lo propio entre los días 11 y 15 de enero, según ha revelado la la directora xeral de Calidade Ambiental, Sostibilidade e Cambio Climático, María Sagrario Pérez Castellanos, en una respuesta parlamentaria.
La ayuda de Sogama al Sergas
Según Pérez Castellanos, tras la primera declaración del estado de alarma el pasado mes de marzo, el Gobierno dictó una orden «mando único» que establecía que estos desechos deberían destinarse a un vertedero «o a incineración», por lo que el Servizo Galego de Saúde (Sergas) decidió recurrir a Sogama ante el «incremento exponencial de residuos sanitarios”.
Sogama asumió aquellos considerados de bajo riesgo como es el caso de los guantes y las mascarillas desechables, que se transportaban hasta sus instalaciones “bajo un estricto protocolo de seguridad” para ser triturados hasta “convertirlos en combustible» con el que generar energía eléctrica, una labor para la cual «se contrató personal externo», ha abordado.
Según la directora xeral, también se autorizó a Sogama a utilizar «terrenos y emplazamientos adicionales» para poder almacenar los excedentes de estos residuos. «A otras comunidades no les quedó más remedio que almacenar estos residuos en un vertedero. Nosotros contamos con un gestor al que se autorizó un almacenamiento adicional (…) y con Sogama», ha resumido posteriormente Pérez Castellanos, que ha recalcado que la Xunta «hizo los deberes» en este sentido ante un «contexto de total desentendimiento» por parte del Gobierno central, del que lamenta que no concordase «con más detalles» con las comunidades la gestión de los residuos.