El otro récord de la concesionaria de la AP-9: 1.000 millones de deuda
Audasa lleva al límite su endeudamiento, del que afrontará vencimientos por 400 millones en dos años
Aunque sus beneficios se hayan resentido al cierre de 2018, pese al constante incremento de unos ingresos derivados del aumento de peajes y tráfico, la concesionaria de la AP-9 firmó el año pasado otro récord, que la sitúa entre las empresas más endeudadas entre las que tienen su sede en Galicia. Audasa rebasó los mil millones de deuda al terminar el año.
De acuerdo con el balance que incorpora a su memoria del compañía, dentro de su pasivo, la deuda a largo plazo de Audasa se situó al cierre de 2018 en 1.080 millones de euros, frente a los 981,5 millones que tenía contabilizados un año antes. Este nivel de deuda viene soportado año tras año en el propio acuerdo concesional, que le permite realizar recurrentes emisiones de obligaciones, empleadas algunos ejercicios para cubrir vencimientos de esa propia deuda.
Las emisiones de obligaciones
El grueso de la deuda de Audasa está contraída en esas emisiones de obligaciones, unos 1.043 millones (eran 944,8 millones un año antes). La compañía a la que ha vuelto Andrés Muntaner, en este caso en calidad de presidente, realizó una emisión de obligaciones de 95,3 millones de euros el año pasado. Esa deuda, contabilizada un año antes como un pasivo a corto plazo, es ahora de 2,3 millones. Es decir, los ingresos derivados de la última emisión fueron dedicados precisamente a cubrir deuda por esos 95 millones largos de euros, al margen de otros ajustes.
Sin embargo, Audasa se prepara para un escenario diferente. El calendario de vencimientos de las obligaciones no convertibles a largo plazo fijaba al cierre del ejercicio un plazo de dos años para afrontar la devolución de 400 millones de euros.
Los próximos vencimientos
Será 2020, por tanto, uno de los años en los que tendrá que realizar un mayor esfuerzo, ya que los siguientes hitos, recogidos en el balance, fijan vencimientos por 66,1 millones a tres años y algo más de 180 millones para dentro de cuatro. A partir de cinco años a contar desde el cierre de 2018, la concesionaria de la AP-9 deberá asumir otros 418 millones en vencimientos.
Es el propio acuerdo concesional lo que permite a la compañía realizar esas emisiones de obligaciones, con las que logra financiarse sin apenas tener deuda bancaria. En otros pasivos financieros apunta tan solo unos 37 millones de euros, una cifra que se ha mantenido estable en los dos últimos años.
¿Y en qué se sostiene ese recurso a las emisiones de deuda? Pues en el propio negocio de la autopista. Audasa tiene un inmovilizado intangible cuyo valor neto contable se situaba a 31 de diciembre de 2018 en 1.553 millones de euros, que está relacionado directamente con la concesión de la autopista, que expira en 2048.