El nuevo postor del Edificio España está condenado por manipular el mercado
El empresario murciano Trinitario Casanova, dispuesto a ofrecer a Wang Jianlin los 265 millones que Wanda pagó al Santander en 2014 por un edificio cuya reforma sigue obstaculizada
Un mes después de ser condenado a un año de prisión y a otro de inhabilitación por manipular el mercado para hacer subir el precio de las acciones del Banco Popular en 2008, el empresario murciano Trinitario Casanova, al frente del Grupo Baraka, ha presentado una oferta para comprar el Edificio España de Madrid, por los mismos 265 millones de euros, o algo más, que el magnate chino Wang Jianlin, presidente de Wanda, pagó al Banco Santander en 2014.
La oferta de Baraka ha sorprendido a propios y extraños, toda vez que no había aparecido entre las empresas interesadas en el proceso de venta que, desde hace cinco meses, intermedia la consultora Jones Lang Lasalle (JLL).
Y que, en ningún caso, habían llegado, ni de lejos, a los 200 millones, el importe barajado por Wanda para recuperar parte de los 300 millones invertidos en el proyecto durante estos dos años.
Sorprendente oferta ante los obstáculos del Ayuntamiento a la reforma
Lo que más sorprende de esta operación, que desde la propia Baraka no han confirmado tras la consulta realizada por Economía Digital, es el hecho de que Casanova ofrezca esos casi 300 millones a Wanda por un edificio, cuya reforma sigue empantanada ante la negativa del Ayuntamiento de Madrid a acceder a la demolición total del edificio, admitiendo únicamente derribos parciales.
La condena impuesta hace un mes por el juzgado 9 de lo Penal de Madrid, recurrida en apelación por Casanova, viene motivada por unos hechos acaecidos entre julio y noviembre de 2007, cuando el entonces banco belga-holandés Fortis –ahora bajo control de BNP– y Titánica Capital Investment –administrada por el empresario murciano– financió a este la compra de un paquete de 42,5 millones de acciones del Banco Popular.
Crédito de 400 millones para comprar acciones del Popular
Casanova pagó un total de 527 millones, de los que casi 400 fueron financiados por Fortis, y se convirtió en accionista de referencia de la entidad financiera presidida por Ángel Ron.
Como garantía de esta financiación, los títulos fueron pignorados a favor de Fortis mediante la suscripción de sucesivas pólizas, de manera que Casanova no podía disponer ni negociar con ellos sin previo levantamiento de la carga.
Caída del 50% de las acciones
Pero el negocio se torció. Los 14 euros a los que había comprado el empresario murciano los títulos se redujeron un 50%, hasta los 7 euros a los que cotizaba en julio de 2008, motivo por el que Fortis exigió a Titánica la constitución de doce depósitos por cantidades comprendidas entre los 17 millones y los 65 millones.
Desde el 3 de junio de 2008, Titánica no atendió ninguno de los diez requerimientos que se le hicieron, lo que permitió a Fortis ejecutar la prenda y proceder a la venta de acciones pignoradas.
Estrategia para evitar la ruina
A partir de aquí, y viendo la ruina en la que se había metido, Casanova tejió una estrategia por la que ahora ha sido condenado, como fue la difusión de una noticia falsa relativa a que un grupo de inversores mexicanos estaba interesado en lanzar una supuesta oferta pública de adquisición (OPA) de acciones sobre Popular a un precio muy ventajoso. Noticias que provocaron un incremento de compras de acciones del banco con el consiguiente aumento de su cotización.
Durante el juicio, también quedó demostrado que Casanova llegó a viajar a Londres para encargar a un despacho de abogados la constitución urgente de una estructura societaria opaca para vehicular la supuesta OPA, y comunicó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el encuentro con inversores mexicanos, entre ellos Carlos Slim.
Picardo, primer ministro de Gibraltar, afectado por los tejemanejes de Casanova
A pesar de los esfuerzos por evitar el varapalo, en junio de 2008, Fortis ejecutó la garantía y procedió a la venta de las acciones, lo que supuso para Titánica, la empresa de Casanova, pérdida de 170 millones.
La manipulación del mercado provocó que quienes compraron acciones, a mediados de 2008, pagaran sobreprecios de entre 13 y 27 millones de euros, los mismos beneficios que obtuvieron los que vendieron. Entre los afectados, el hoy primer ministro de Gibraltar, Fabian Picardo, uno de los que llevaron el asunto a los tribunales.
Casanova vendió su inmobiliaria por 650 millones
Por esas mismas fechas, y viendo la que se avecinaba, Casanova vendía su inmobiliaria Hispania al empresario malagueño José Ramón Carabante por 650 millones, incluyendo en la operación la participación en el Banco Popular.
En los últimos meses, la impronta de Casanova se ha vuelto a dejar sentir en el mercado inmobiliario. Además de la astronómica oferta por el Edificio España, a finales de 2015 Baraka compraba una oficina de Bankia en plena Gran Vía madrileña por 20 millones y la vendió tres semanas por casi 23.
En mayo se convertía en uno de los principales propietarios de suelo de Valdebebas al pagar 75 millones por casi 115.000 metros cuadrados de suelo residencial. También en la capital ha comprado la sede de Peugeot. Y En 2015 se hacía con la sede de Alstom en Barcelona, además de comprar un solar en Marbella por 20 millones de euros