El ‘no’ al hidroducto con la Meseta pone en jaque inversiones de 1.300 millones en Galicia
La negativa del Gobierno a incluir el tramo Guitiriz-Zamora para la conexión al corredor con Portugal y Francia impacta en el aluvión de iniciativas relacionadas con el hidrógeno que se proyectan en Galicia
El boom del hidrógeno en Galicia se encuentra con una piedra en el camino. El vicepresidente primero de la Xunta de Galicia, Francisco Conde, lanzó este martes el enésimo lamento después de saberse que el Gobierno central ha dejado fuera al hidroducto que conectaría Guitiriz con Zamora del proyecto de corredor del hidrógeno entre España, Portugal y Francia.
El número dos de la Xunta de Galicia advirtió de que Galicia podría quedar como una «isla energética» en el caso de que no se active esta conexión con la Meseta, que, además, en un inicio sí figuraba sobre el papel en la Planificación Decenal Europea 2022.
Dificultad añadida para los proyectos de hidrógeno
Este portazo al hidroducto entre Guitiriz y Zamora impacta de lleno en un sector que se encuentra en plena ebullición en la comunidad al calor de los fondos europeos Next Generation. Y es que, consultadas por Economía Digital Galicia, fuentes de la Xunta de Galicia subrayan que todos aquellos proyectos presentados que no sean específicamente para autoconsumo sufrirían los efectos negativos de esta negativa a incluir la conexión entre Galicia y la Meseta.
Y es que los principales proyectos relacionados con el hidrógeno que se ubicarían en la comunidad llevan aparejada una inversión total ligeramente superior a los 1.380 millones de euros. La mayor parte (500 millones) se corresponde al macroproyecto de Iberdrola y Foresa (filial de Finsa) en Begonte. La Xunta de Galicia ha declarado de interés estratégica esta iniciativa que lleva por nombre Green Meiga y mediante la cual ambas compañías pretenden levantar unas instalaciones en las cuales se producirán unas 100.000 toneladas anuales de metanol verde.
Iberdrola y Foresa proyectan también otra planta similar de metanol verde, aunque de menor tamaño (con capacidad para generar 2.900 toneladas anuales) e inversión (40 millones de euros) en Caldas de Reis. Ambas iniciativas buscan generar este combustible que se perfila como clave ante la transición energética y que se obtiene o bien gasificando biomasa, con electricidad renovable o hidrogenando dióxido de carbono.
Precisamente la planta de Iberdrola y Foresa en Caldas de Reis fue uno de los tres proyectos gallegos que se aseguraron ayudas del Gobierno central en el marco del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) de Energías Renovables, Hidrógeno Renovable y Almacenamiento.
De Reganosa a Ignis y Maersk
El Ejecutivo que preside Pedro Sánchez otorgó una ayuda 5,2 millones de euros a esta iniciativa que lleva por nombre Green Umia. A esta cantidad se sumaron los 2,5 millones que han ido a parar a los impulsores del proyecto Julio Verne en el Puerto de Vigo (contempla la instalación de la primera estación pública de hidrógeno verde en Galicia) y los 24 millones para Reganosa y EDP por su planta de As Pontes.
Ambas compañías proyectan una planta de hidrógeno verde de 20 megavatios ampliables hasta los 100 en el municipio de Ferrolterra. Se trata de la primera iniciativa en recibir la consideración de estratégica por parte de la Xunta de Galicia y por la cual tanto la firma gallega como la lusa movilizarán una inversión total de 156 millones de euros.
Reganosa también despliega su apuesta por el hidrógeno verde en Meirama. Allí participa en una alianza junto a Repsol y Naturgy para poner en marcha un hub que tendrá como pieza clave una planta de electrólisis alimentada con energía 100% renovable de hasta 200 megavatios de potencia. Las tres compañías manejan una inversión de 300 millones de euros para este proyecto, una cantidad 50 millones inferior a la contemplada por Ignis para Punta Langosteira.
A través de la sociedad Armonia Green, Ignis pretende destinar algo más de 350 millones de euros para construir unas instalaciones que la pongan como «líder a nivel global para la producción de hidrógeno y amoníaco verde». También el Puerto Exterior de A Coruña es la ubicación escogida por la naviera Maersk para levantar una fábrica de metanol verde con la que alimentar a su flota y lograr su objetivo de descarbonización. En este caso, al igual que en el de Ignis, la exportación jugará un papel clave, motivo por el cual se perfilan como menos afectadas por el portazo al hidroducto entre Guitiriz y Zamora.
Esta infraestructura permitiría conectar los proyectos de hidrógeno gallegos con una red que, de acuerdo a los planos que maneja el Gobierno, une a Zamora con El Musel (el Puerto de Gijón), en donde Enagás abrirá en las próximas semanas su regasificadora (operará como almacén de gas), y con Barcelona, desde donde se trazará un conexión submarina con Marsella (Francia).
A vueltas con los gasoductos
El papel de Guitiriz como enlace con la meseta no es baladí. Y es que la infraestructura actual de Reganosa conecta con la terminal de gas natural licuado de Mugardos con el gasoducto Tui-Llanera en Guitiriz y Abegondo. Además, a través de esta infraestructura transporta gas a las centrales de ciclo combinado de As Pontes y Sabón, a la refinería de Repsol en A Coruña, así como a las poblaciones de As Pontes y Cerceda, donde se ubican sus dos proyectos estrella con el hidrógeno.
En el caso de no salir adelante la conexión entre Guitiriz y Zamora todavía quedaría la alternativa de emplear la actual de red de distribución de gas como plan b para el transporte de hidrógeno. Sin embargo, estudios como el publicado por University College London desaconsejan el uso de los gasoductos con su diseño actual como redes de transporte para el hidrógeno verde podría provocar corrosiones en las tuberías, así como daños en los equipos electrónicos de los gasoductos.