El mayor proyecto hidroeléctrico de Iberdrola en Portugal acaba en una reclamación de 30 millones

Acciona y las constructoras lusas Mota y Edivisa llevan a Iberdrola a un arbitraje de 30 millones por la rescisión del contrato de la presa y central hidroeléctrica de Alto Támega, parte del mayor proyecto hidroeléctrico de la historia de Portugal

Ignacio Sánchez Galán y Antonio Costa / Iberdrola

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La investigación que ha puesto en marcha el Gobierno por el vaciado de embalses en Galicia no es la única incertidumbre que afronta Iberdrola respecto a sus centrales hidroeléctricas. Está pendiente todavía de una sentencia judicial sobre la multa de 25 millones que le impuso la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia por manipular el precio de la energía con las hidráulicas del Sil, del Duero y del Tajo. Y muy cerca de Galicia, a apenas 10 kilómetros de la frontera, encajó otra reclamación millonaria, esta vez relacionada con la construcción de uno de sus mayores proyectos de energía renovable y el mayor desarrollo hidroeléctrico en la historia de Portugal.

Se trata del proyecto hidroeléctrico Támega, la construcción de tres centrales en el afluente del Duero para sumar una capacidad de 1.158 megavatios, suficiente para abastecer las ciudades de Braga y Guimarães y los municipios colindantes, con una inversión de 1.500 millones.

El desarrollo de las obras, sin embargo, ha derivado en un conflicto entre las constructoras, las portuguesas Mota-Engil y Edivisa y la española Acciona, y la propia Iberdrola, que decidió en septiembre de 2019 rescindir el contrato con el consorcio reprochándoles incumplimientos y retrasos.

La ruptura ha provocado que las empresas presenten un requerimiento de arbitraje contra Iberdrola en el que reclaman 30 millones de euros. Esta cuantía se corresponde con las reservas de derechos de trabajos ejecutados, los sobrecostes de obra por impactos en plazos y los daños y perjuicios por la resolución contractual.

“Esta reclamación la han efectuado sobre el fundamento de no considerarse responsables de los extracostes en los que han incurrido por desviaciones en la obra ejecutada. Consideran igualmente que no son responsables de los retrasos que se han ido produciendo y que Iberdrola no tiene, en consecuencia, derecho a imponerles ninguna de las penalizaciones previstas contractualmente. Asimismo, consideran que debe considerarse nula, por falta de fundamento, la terminación del contrato de obra y reclaman los perjuicios derivados de dicha terminación”, explica Iberdrola en su memoria de ejercicio.

Proyecto Hidroeléctrico Támega / Iberdrola

La compañía de Ignacio Sánchez Galán, por su parte, también manifestó su intención de presentar una demanda reconvencional en el momento oportuno para reclamar a las constructoras daños y perjuicios por los incumplimientos que provocaron la resolución contractual.

Acciona y las dos empresas lusas trabajaban en la presa y central hidroeléctrica Alto Támega, una de las tres que conforman el complejo junto a Daivões y Gouvães. En esa presa llegaron a suspenderse parcialmente los trabajos por unas condiciones geológicas no previstas en el estudio previo, aunque le eléctrica desvinculó la rescisión del contrato de esa problemática.

Iberdrola espera que las centrales de Daivões (118 MW) y Gouvães (880 MW) comiencen a funcionar este año. En la de Alto Támega (160MW) se inició el hormigonado de la presa y de la estructura de toma, y también están montados los tramos de circuito hidráulico que atraviesan el muro.

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