El maquinista y el exdirector de Seguridad de Adif se endosan la culpa por el accidente de Angrois
El abogado de Andrés Cortabitarte, exdirector de seguridad de Adif, ha acusado al maquinista del Alvia de una "inusual, imprevisible e insólita" conducción que, a su juicio, provocó el siniestro
Cruce de reproches entre el maquinista del Alvia accidentado hace diez años en la curva de Angrois (Francisco Garzón) y el exdirector de seguridad de Adif, Andrés Cortabitarte. Durante la nueva ronda de declaraciones en el marco de este juicio, la defensa de Cortabitarte ha acusado al maquinista de haber llevado a cabo una conducción «inusual, imprevisible e insólita» que, a su juicio, provocó el accidente.
Los dos acusados han sido los últimos en declarar en el marco de un proceso que concluye este jueves, tras más de 10 meses de sesiones. El abogado que ejerce la defensa de Cortabitarte ha solicitado su absolución en una intervención que ha durado en torno a una hora y 10 minutos. En su informe, ha destacado que la conducta de su cliente «se ha mantenido dentro de lo permitido y no infringe ningún deber de cuidado».
En este sentido, ha considerado que cumplió las normas y ha interpretado que la aseguradora de Renfe (QBE) «ha bajado los brazos» al sostener este miércoles que es posible atribuir un delito a su defendido sin que exista un incumplimiento de una norma concreta, puesto que tenía el deber de cuidado.
Para el letrado de Cortabitarte, este «siempre» actuó «dentro de las facultades que le fueron encomendadas» y «no ha omitido ninguna obligación que derivara de su cargo», por «la pretendida obligación de hacer una evaluación de riesgo de la línea».
Además, en su opinión, «un correcto entendimiento del certificado que firma en 2011 lleva a considerar que no ha tenido ninguna incidencia en el accidente». «No hay causalidad natural, no hay nexo causal», ha resuelto. En tercer lugar, ha expuesto que «el accidente se explica por sí mismo con la conducta del maquinista«, que es, desde su punto de vista, «una causa directa y eficiente, anómala e inusual» que «impide regresar a otras causas que en este juicio se han llamado subsiguientes».
Cortabitarte se siente cabeza de turco
Por su parte, este abogado se ha sumado al fiscal -que en el último momento retiró su acusación contra Cortabitarte- al pedir «analizar el accidente después de que se ha producido». También ha hecho una reflexión, en relación con la presunción de inocencia, y ha valorado que las acusaciones «se han valido de la imagen de Garzón ensangrentado para trasladar que es una víctima y el sector ha fallado y presenta deficiencias de seguridad».
En esta línea, ha añadido que «el apellido de director de seguridad le convierte -a su defendido- en la persona idónea para encarnar esas deficiencias». Para el defensor del ex director de seguridad procesado, «el procedimiento se convirtió en buscar y se sigue buscando qué hechos pueden ser atribuidos al señor Cortabitarte». Sin embargo, ha recriminado que no fueran citadas otras personas «con nombres y apellidos» que, entre otras cuestiones, evaluaron el riesgo concreto en la curva de Angrois después de que un jefe de maquinistas avisase sobre su peligro, y dijeron que «todo estaba ajustado a la normativa». «Reforzar la formación de los maquinistas se consideró suficiente para que circularan los trenes con viajeros sin ningún problema», ha relatado sobre ese aviso, que «no se comunica a Adif«.
Es por ello que el abogado defensor ha censurado también que durante todo el proceso hubiera «35 imputaciones de Adif y solo dos de Renfe», y también ha señalado al Ministerio de Fomento por «las personas que dan por buenas» las condiciones de la línea en el proceso de puesta en servicio.
Entre otras cuestiones, ha argumentado que el certificado firmado por el ex alto cargo «es uno más, tan imprescindible como los demás» para la autorización de la línea y ha descartado que la desconexión del sistema ERTMS embarcado tuviese «relevancia causal» porque era «más seguro circular con Asfa que con un ERTMS que daba fallos» y «no requería análisis de riesgos porque el riesgo Asfa ya estaba contemplado».
Hacia el final de su discurso, este letrado ha afirmado que le «duele» que se hable «del despiste, de desatención o de pérdida de conciencia situacional», porque no sabe «si ha habido alguna vez en que se haya producido un comportamiento parecido» en el sector. «Los maquinistas han intentado proteger a Garzón y no han podido concretar un viaje similar», ha añadido, antes de atribuirle un «comportamiento anómalo, inusual e insólito» durante 100 segundos de una conversación telefónica que «debería haber durado 5».
En este momento es en el que el maquinista procesado ha movido la cabeza de un lado al otro, como muestra de desacuerdo con lo que estaba escuchando.
«Caso omiso a las señales»
Y es que el abogado de Cortabitarte le ha acusado también de hacer «caso omiso a las señales que tiene delante», de «circular al doble» de la velocidad permitida y utilizar el hombre muerto «impidiendo que saltara el freno de emergencia».
«Si hubiera frenado cuatro o cinco segundos antes, si hubieran sido 95 o 96 segundos, el tren no hubiera descarrilado», ha apostillado este abogado, que en un momento de su intervención citó a Luis Aragonés en consideraciones sobre el desarrollo del procedimiento tanto en su vertiente penal como en la civil.
Al respecto, ha llegado a lamentar que las víctimas del siniestro «han sido doblemente víctimas» porque por un lado «han sufrido las pérdidas irreparables» pero en segundo lugar «han vivido este proceso hiperbólico» que «se alargaba en busca» de que alguien –en este caso Cortabitarte– «acompañara al maquinista» en el lado de los responsables penales.