El legado de Jesús Lence: Leche Río vende más, con menos beneficios

El primer empresario lácteo de Galicia, fallecido en abril, deja un grupo saneado, sin deuda y que destina a reserva sus ganancias, que caen casi a la mitad

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Un grupo saneado, sin apenas deuda bancaria, ni a corto ni a largo plazo, y que acusa las estrecheces de márgenes de precios en el sector lácteo, lo que afectó a su cuenta de explotación en 2018. Así deja a sus herederos Leche Río su fundador y presidente hasta abril, Jesús Lence Ferreiro, fallecido tras una larga enfermedad, pero al tanto de las cuentas de la compañía hasta el último día

Leche Río, que es la cabecera del negocio lácteo al margen de Transleche, y que cuelga del holding Lence Torres (controla también Complejo San Cristóbal), presenta un balance saneado, pero su cuenta de resultados en 2018 acusó la situación del sector. En síntesis, la compañía vende más, pero gana menos.

Lo que recibe María del Carmen Lence

María del Carmen Lence, una de los tres hijos del fundador, toma las riendas ahora de un grupo que cerró el 2018 con un beneficio después de impuestos de 3,9 millones de euros, frente a un resultado de 7,1 millones obtenido en el ejercicio anterior. El beneficio de explotación, derivado de su propio negocio, cayó a más de la mitad: de 9,5 millones en 2017 a unos 4,6 millones el año pasado.

Las ventas del grupo, que se han situado en 133,6 millones, han aumentado un 5,4% con respecto al ejercicio anterior, frente a un incremento del importe de los aprovisionamientos del 13,7%, «lo que evidencia una reducción del margen bruto», explica la compañía en su memoria. Esa evolución, «añadida a un aumento en la cuantía de los servicios exteriores (1,5 millones), provoca la disminución del resultado», añaden los gestores de Leche Río.

Leche Río: «Hay una fuerte competencia entre operadores, lo que se ve reflejado en unos estrechos márgenes comerciales»

«La situación de mercado, muy competitiva, ha hecho imposible el trasladar el aumento de costes al precio de venta«, razona en el grupo, que desde 2012 incorpora en sus cuentas los resultados de Leyma, tras firmar una fusión por absorción con la filial.

Fortaleza del balance

«Pese a ello, la fortaleza económico-patrimonial de la es patente», defienden en el primer grupo lácteo gallego. Y lo razonan. Con un activo no corriente de 33,7 millones, no existe deuda de pasivo no corriente lo que indica que su financiación se realiza totalmente con fondos propios. La compañía lleva al menos dos años destinando a reservas el beneficio, sin repartir dividendo.

Leche Río cuenta con un margen de maniobra positivo de 24,5 millones, de los cuales unos ocho millones de euros corresponden a tesorería. «Es por todo ello que la administración de la sociedad afronta el futuro con prudencia pero, al mismo tiempo, con la seguridad que ofrece su fortaleza financiera», indican desde Leche Rïo.

Competencia y mercado maduro

El equipo de Jesús Lence lee la situación actual del sector lácteo, para el que tiene un claro diagnóstico.»Se registra una fuerte competencia entre los operadores, en un contexto de escasa diferenciación de los productos y madurez del mercado, lo que se ve reflejado en unos estrechos márgenes comerciales».

Y es que «la rivalidad en precios se ha agudizado en los últimos años, como consecuencia de la creciente penetración de las marcas de la distribución». «La mantequilla europea, los precios en polvo y el queso aumentan de precio en 2018», dicen,  «lo que permite la obtención de márgenes adecuados en la venta de subproductos, como la nata líquida». «El crecimiento global de producción de leche puede estar disminuyendo y los precios de las materias primas en aumento, pero todavía el mercado está bien abastecido», sentencian para describir el sector.

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