El laberinto de la eólica marina deja en ‘stand by’ los grandes parques de Iberdrola en Galicia
En plena apuesta por la eólica marina por parte de la compañía de Sánchez Galán, Transición Ecológica archiva el trámite de consultas para la determinación del estudio de impacto ambiental del proyecto del parque San Cibrao ante la revisión del proyecto original
La eólica marina semeja un proyecto de futuro con tiempos que aún son una incógnita. Este jueves, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, cifró en 1.000 los empleos que se generarán en torno al astillero de Navantia Fene, en A Coruña, con el desarrollo de un convenio entre la empresa pública, Windar e Iberdrola para la fabricación de un acuerdo de cimentaciones de futuros parques eólicos marinos, un acuerdo valorado en 400 millones de euros.
Así lo aseguró en la firma del acuerdo marco entre los presidentes de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán; Navantia, Ricardo Domínguez, y Windar, Orlando Alonso.
Revisión del proyecto de Iberdrola
Sin embargo, la firma de este acuerdo se produce en el tiempo el mismo día en el que se constata que los proyectos de Iberdrola con respecto a la eólica marina en la comunidad gallega no son un dicho y hecho. Y, precisamente, y según los actores implicados en este proceso, la indefinición con respecto a los proyectos viene motivada por la falta de una legislación específica, aún en este momento, sobre la eólica marina.
Lo cierto es que, este jueves, mientras Ignacio Sánchez Galán firmaba un acuerdo para posicionar a Navantia en el mapa de la eólica marina, la asociación ecologista gallega Adega anunció en redes sociales el archivo por parte del Ministerio de Transición Ecológica del expediente en tramitación relativo al parque eólico marino San Cibrao, uno de los dos macroproyectos que Iberdrola Renovables pretende poner en marcha frente a las costas gallegas. La asociación indicó que el departamento de Teresa Ribera procedió a anular el trámite de consultas para la determinación del estudio de impacto ambiental del proyecto eólico marino “por causas sobrevenidas”.
El anuncio de Adega fue posteriormente confirmado por fuentes del Ministerio de Transición Ecológica a Economía Digital Galicia. Desde el departamento gubernamental explican que el expediente en marcha habría sido archivado debido a que se está procediendo a «una revisión del proyecto» original, motivo por el que no tendría sentido continuar con el trámite de consultas de un proyecto que podría ser modificado. Fuentes cercanas a la compañía indican que este hecho no significa que la cotizada abandone sus pretensiones en la comunidad, sino qu, estas se ven ralentizadas por la falta de una «normativa estable».
Lo cierto es que los proyectos iniciales tanto el parque eólico de San Cibrao, como un segundo proyectado entre Cedeira y Cariño, y denominado de San Brandán, suscitaron desde un principio las críticas de entidades ecologistas y de pesca, así como del BNG, la segunda fuerza en el Parlamento gallego.
Los planes de Iberdrola
De forma pública, el pasado junio, Iberdrola presentó un proyecto ante el Ministerio de Transición Ecológica para instalar dos parques eólicos marinos a menos de 14 kilómetros de la costa gallega. La documentación publicada en aquella altura recoge el despliegue de 70 aerogeneradores para alcanzar casi 500 megavatios de potencia en cada uno de ellos. De los dos, el denominado de San Cibrao –al menos en base a la documentación inicial aportada– se ubicará entre Ortegal y Estaca de Bares.
A pesar de que este plan sirvió para iniciar la tramitación del alcance del estudio del impacto ambiental, ahora archivada, lo cierto es que la compañía plantea un proceso de diálogo con administraciones y agentes sociales antes de concretar definitivamente las características de los parques. Más allá de la voluntad de buscar consensos del promotor, la falta de un marco normativo para la implantación de la eólica marina impide que la iniciativa se pueda planificar en detalle, por lo que, probablemente, Iberdrola busque adaptarla a lo que establezca la regulación a medida que se vaya desarrollando. Esta indefinición, sin embargo, dificulta avanzar en cualquier tipo de tramitación, pues presupone la modificación del propio proyecto presentado.
Apuesta por la eólica ‘off shore’
Si bien debido a esa indefinición normativa con respecto a la eólica marina en Galicia, Iberdrola parece tomarse las cosas con calma (aún teniendo en cuenta las críticas recibidas en Galicia), la offshore parece una puesta decidida por los de Sánchez Galán. De hecho, esta semana, el directivo anunció que la compañía está estudiando “con muchísimo detalle” una posible segregación (spin-off) de su negocio de eólica marina, ya sea como salida a bolsa o con la venta de una parte a un tercero.
Lo cierto es que un informe de Goldman Sachs valora esta área de negocio, aún no desarrollada en Galicia, entre los 15.000 y los 20.000 millones de euros.
En la actualidad, Iberdrola ya opera más de 1.300 megavatios (MW) de esta tecnología y avanza, según indica, en los proyectos de Saint Brieuc (Francia, 496 MW), Vineyard Wind 1 y Park City Wind (800 y 804 MW en Estados Unidos) y Baltic Eagle (Alemania, 476 MW). Todos ellos le permitirán duplicar su capacidad offshore en los próximos años.