El Igape toma el control de los centros de la patronal en el extranjero
Baraja cerrar cuatro o cinco oficinas para abrir otras bajo la gestión de la Xunta
En la agenda de la Confederación de Empresarios de Galicia, reactivada este martes tras el parón navideño, están marcados en rojo una serie de encuentros con el Igape y la Consellería de Industria para cerrar un acuerdo sobre la Red Pexga, las 13 oficinas en el extranjero gestionadas por la patronal para servir de plataforma a la internacionalización de empresas gallegas. La nueva directiva, capitaneada por Fernández Alvariño, lleva negociando desde antes de Fin de Año un nuevo convenio, después de que el anterior, que otorgó un máximo de 17.924.986 euros al equipo de Antonio Fontenla durante cuatro años (2010-2013) expirase el 31 de diciembre. De ahí la urgencia: la red sigue en pie, pero la financiación está en el aire.
Sin embargo, la Xunta no quiere un acuerdo en los mismos términos. La última propuesta que ha puesto sobre la mesa pasaría por cerrar entre cuatro y cinco de los actuales centros, informan fuentes conocedoras de las conversaciones. El conselleiro de Industria, Francisco Conde, ya advirtió que algunas de las plataformas podrían echar el cierre y que se planificarían nuevas aperturas. La solución que se baraja ahora es que los nuevos centros ya no estén bajo la gestión de la CEG, sino que operen con el control del Igape.
Una gestión más barata
Si esta solución llega a buen puerto, la evolución de la red exterior trazaría un camino de ida y vuelta. Poco después de llegar a San Caetano, Alberto Núñez Feijóo cerró varias delegaciones del Igape en el extranjero, entre ellas, la de Alemania, Polonia o Japón. Posteriormente, puso en marcha la Red Pexga, uno de sus proyectos estrella para fomentar la internacionalización de las empresas gallegas, y lo puso en manos de la Confederación de Empresarios. Cuatro años después, la apuesta está más cerca de girar 180 grados que de continuar tal y como se formuló entonces.
Otras fuentes empresariales indican que Economía no estaría satisfecha con la gestión que el equipo de Antonio Fontenla realizó en los dos años de actividad de las plataformas –aunque las primeras comenzaron a operar en 2011, el primer año de cierta intensidad en las acciones fue 2012–. Pese a que los informes que maneja muestran un alto grado de satisfacción de las empresas que utilizaron los servicios de la red –la valoración en las encuestas realizadas a los empresarios está en un tres sobre un máximo de cuatro puntos–, la Xunta considera que se pueden ahorrar gastos de gestión, por ejemplo, aprovechando espacios en edificios del Ejecutivo central en lugar de contar con sedes propias. Algo que ya ha comenzado a realizarse con la reubicación de los centros de Shanghai, Berlín y Moscú.
Más control
Pero además, la Xunta quiere tener más control sobre cómo y en qué se gasta el dinero asignado, una partida que será inferior en el nuevo acuerdo a los 18 millones del convenio previo. El mecanismo utilizado hasta ahora preveía que el Igape fuese asumiendo las facturas del programa que la patronal le iba pasando hasta el tope fijado, los 18 millones de euros repartidos en partidas anuales. Esta mecánica generó tensiones entre Xunta y CEG, según fuentes conocedoras de la negociación.
Por ello, en Economía abogan ahora por recuperar parte del control cedido, lo que pasaría por reformular el acuerdo, cerrar parte de las oficinas y abrir nuevos centros bajo la órbita del Igape. Antes tendrán que definir qué centros deben cerrar sus puertas. Por nivel de actividad, los peor posicionados son los de Estambul y Estados Unidos, a lo que se suma la intención de la Xunta de potenciar la red en Asia.