El hachazo a la cogeneración castigará a Finsa, Jealsa, Gadisa o Coren
En Galicia hay unas 90 plantas registradas y 560.000 kilovatios de potencia instalada que se verían afectados por un recorte del 35% a la retribución
Continúa la tormenta eléctrica. Mientras Galicia sigue pendiente del futuro de la industria electrointensiva y de los planes de transición para Meirama y As Pontes una vez echen el cierre las centrales térmicas de Naturgy y Endesa; las empresas se preparan para un recorte en las plantas de cogeneración. Aunque las consecuencias son menos dramáticas que las que podrían derivarse de la descarbonización o de los elevados costes eléctricos de la industria, lo cierto es que el impacto será relevante. Según los datos del Instituto Enerxético de Galicia, que toma como referencia el registro de instalaciones de producción eléctrica del Gobierno, hay 90 centrales de cogeneración en la comunidad con 560.214 kilovatios de potencia instalada, si bien solamente unas 60 mantienen la actividad.
A la expansión de la cogeneración han contribuido muchas de las grandes empresas de Galicia. Inditex, Nueva Pescanova, Finsa, Jealsa, Feiraco, Garavilla, Frinsa, Epifanio Campo, Cogal, Sogama o el brazo industrial de Gadisa, con las madereras Intasa y Unemsa, además de la química Forestal del Atlántico, han puesto en marcha plantas de cogeneración para ganar eficiencia en sus procesos productivos. Todas ellas sufrirán el recorte que prevé aplicar el Gobierno para el periodo 2020 a 2025.
Un tijeretazo conjunto de 1.000 millones
Las alertas saltaron con la propuesta del Ministerio de Transición Ecológica de Teresa Ribera para la retribución de las instalaciones renovables, cogeneración y residuos, que fija un recorte de casi 1.000 millones. Del tijeretazo, las instalaciones de cogeneración se llevan la peor parte al asumir el 43%, unos 450 millones de euros. La patronal del sector, Acogen, que ya ha presentado alegaciones, explica que la retribución regulada de la cogeneración caerá un 36% en 2020 respecto a 2019. Este recorte afecta por igual a todas las plantas, independientemente de si producen con gas natural, gasóleo o fuel óleo. La producción eléctrica por cogeneración representa un 11.5% del total del sistema eléctrico español.
La patronal ha mostrado su disconformidad con el cálculo del departamento de Ribera, que ha tenido como consecuencia más grave hasta la fecha dar la puntilla a la química Sniace, empresa que cuenta con José María Castellano en su consejo y que anunció la semana pasada su liquidación. No entienden en Acogen que, representando la cogeneración un 18% de las tecnologías afectadas por la orden de retribución, acapare el 43% del recorte.
“La cogeneración es necesaria para lograr más eficiencia energética y ambiental en la industria. Aporta generación distribuida y resultados tangibles en acción por el clima. El ajuste propuesto dejaría a las industrias sin motivación para acometer inversiones hacia un modelo descarbonizado, perdiéndose la labor que realiza la cogeneración en la descarbonización de las industrias calorintensiva”, dice Acogen.
La asociación también pone el foco en lo “inesperado” de la medida, toda vez que “las cuentas eléctricas tienen superávits y la deuda histórica se reduce”. “Los cambios metodológicos y la actualización parcial de parámetros retributivos de la propuesta, invalida los presupuestos anuales de las empresas cerrados hace dos meses, lo que desmorona la confianza económica de los cogeneradores con la consiguiente alarma entre multinacionales e inversores por la inseguridad jurídica y la inestabilidad que supone en la regulación en un momento tan complejo para la economía en el se necesitan soluciones razonables”, concluyen.