El Gobierno paraliza uno de los grandes parques eólicos marinos de Iberdrola en Galicia
El Ministerio de Transición Ecológica archiva el trámite de consultas para la determinación del estudio de impacto ambiental del proyecto del parque eólico marino San Cibrao ante la revisión del proyecto original
La asociación ecologista gallega Adega anunció este jueves mediante redes sociales el archivo por parte del Ministerio de Transición Ecológica del expediente en tramitación relativo al parque eólico marino San Cibrao, uno de los dos macroproyectos que Iberdrola Renovables pretende poner en marcha frente a las costas gallegas. La asociación indica que el departamento de Teresa Ribera ha anulado el trámite de consultas para la determinación del estudio de impacto ambiental del proyecto eólico marino “por causas sobrevenidas”.
Desde el Ministerio de Transición Ecológica confirman a Economía Digital Galicia que, efectivamente, el expediente en marcha se ha archivado debido a que se está procediendo a una revisión de proyecto original, motivo por el que no tendría sentido continuar con el trámite de consultas de un proyecto que podría ser modificado.
Si bien esto no indica que el proyecto quede ya desechado, de momento, es una piedra en el camino de su tramitación.
Dos macroparques en el norte
El pasado junio, Iberdrola comenzó los trámites para la instalación de dos parques eólicos marinos que estarían ubicados, por lo menos de acuerdo con los proyectos iniciales, a menos de 14 kilómetros (unas 8,6 millas naúticas) de la costa gallega.
En concreto, en la información pública en el listado de proyectos en evaluación ambiental del Ministerio de Transición Ecológica, se indica que el parque eólico San Cibrao, el que ahora está en cuestión, se ubicará a «unos 13,5 kilómetros de la costa comprendida entre el Cabo Ortegal y el Cabo Estaca de Bares» mientras que el de San Brandán se situará «a unos 12 kilómetros de la costa comprendida entre el municipio de Cedeira y de Cariño».
Ambos proyectos suscitaron las críticas de distintas cofradías de pescadores que entendían que, por su cercanía a la costa, podían “perjudicar seriamente a la flota de arrastre, palangra y volanta”. El proyecto también desató una tormenta en el Parlamento gallego, ya que el BNG, segunda fuerza en la comunidad, quiere que el litoral sea declarado “espacio no apto” para proyectos de eólica marina, también conocidos como offshore, por su impacto en el sector pesquero y marisquero.