El Gobierno ralentiza el parque marino experimental de la Xunta que Ribera veía «fundamental» hace cuatro meses
La Dirección General de Biodiversidad emitió un informe negativo sobre un proyecto que ahora se queda fuera de los POEM al no haber concluido todavía de forma satisfactoria su fase de tramitación
Frenazo al primer parque eólico marino experimental en aguas gallegas. La Dirección General de Biodiversidad, Bosques y Desertificación emitió el pasado mes de octubre un informe negativo sobre este proyecto que fue presentado en junio de 2022 y que cuenta con el Instituto Enerxético de Galicia (Inega), la Autoridad Portuaria de A Coruña y Redeia (la antigua Red Eléctrica) como promotores.
Esta postura choca con la defendida por la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, durante la reunión mantenida con el presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, en noviembre, un mes después de la decisión de la Dirección General de Biodiversidad, Bosques y Desertificación. Durante este encuentro, la también ministra de transición ecológica tildó de “fundamental” e “importantísima” esta instalación.
«Creo que es importantísimo que tenga esa plataforma experimental», defendió, tras reconocer que existía «alguna controversia» con respecto a si el emplazamiento pudiese generar algún «peligro» con respecto a la protección de aves. Pese a ello, Ribera defendía que «es fundamental que Galicia tenga esa plataforma”. “Galicia no se entiende sin el mar, sin la potencia de su mar y sin el aprovechamiento adecuado off shore”, apostilló, que posteriormente añadió que, “por eso, acelerar la plataforma de ensayo es fundamental”.
Así es el parque eólico experimental
El parque eólico marino experimental llevaba aparejada una inversión cercana a los 12 millones de euros para levantar entre dos y tres aerogeneradores a unos 10 kilómetros de la costa. La instalación contará, según el proyecto, con 30 megavatios y permitirá, una vez en funcionamiento, suministrar electricidad a empresas instaladas en Punta Langosteira.
Esta plataforma no aparece tampoco recogida en los Planes de Ordenación del Espacio Marítimo (POEM) que el Consejo de Ministros aprobó a finales del pasado mes de febrero. En estos documentos sí aparece ya una instalación similar en Bilbao que, a diferencia de la promovida por el Inega, sí habría completado su fase de tramitación.
Uno de los principales motivos en liza es la distancia respecto a la costa. Los 10 kilómetros recogidos en el proyecto inicial de este parque representan casi la mitad de los 21 kilómetros establecidos como norma general por los POEM. Sin embargo, en el propio documento se menciona que aquellas instalaciones experimentales “podrán ubicarse así mismo en otras zonas” al margen de las delimitadas.