El Gobierno exige garantías financieras a Liberty para venderle la planta de Alcoa
El colapso del principal financiador del grupo de Sanjeev Gupta, Greensill, frena el traspaso de la planta de San Cibrao y hace difícil que pueda presentar las garantías que exige el Gobierno en el plazo acordado
Nada es sencillo en la planta de Alcoa en San Cibrao. Si en la primera intentona de venta la multinacional rechazó las condiciones de Liberty y la SEPI para el traspaso, la segunda ronda de negociaciones se ha cruzado con la quiebra de Greensill, el principal financiador del grupo británico, sembrando dudas sobre su solvencia para asumir la factoría.
Esta situación ha hecho que el Gobierno exija garantías financieras a Liberty antes de venderle la planta lucense, proceso para el que se había diseñado una operación en dos tiempos. Por un lado, la sociedad pública SEPI se haría con la factoría en una negociación con Alcoa e, inmediatamente, procedería a revenderla a la filial de GFG Alliance para que desarrollara su proyecto de aluminio verde en Galicia.
Sin embargo, el Ejecutivo quiere ahora garantías de que la compañía es solvente y puede sostener el empleo y la actividad en San Cibrao entre los rumores de un posible rescate tras el colapso de Greensill, informa El Economista. GFG debe cerca de 5.000 millones de dólares a la quebrada financiera británica, según publicó Financial Times.
La fecha límite que pactó Alcoa vence el 30 de abril
Los problemas de liquidez derivados de esta situación hacen difícil que Liberty pueda conseguir las garantías que pide el Gobierno en el plazo acordado. Alcoa y los sindicatos pactaron que la negociación con la SEPI se prolongaría como máximo hasta el 30 de abril, es decir, en cinco semanas, un plazo muy corto para que Gupta estabilice el balance de GFG Alliance.
La multinacional norteamericana hace días que trasladó a la SEPI su propuesta para las condiciones generales de la venta (term sheet), pero continúa sin respuesta. Entre las peticiones de la compañía, como explicó este medio, estaría un blindaje ante posibles reclamaciones o procesos judiciales futuros, que pasarían a repercutir sobre la sociedad pública o sobre Liberty, si se completa la operación a tres bandas.
Un portavoz del grupo de Gupta dijo a El Economista que las operaciones “se desarrollan con normalidad, generando sólidas ventas y flujos de caja”. “Nuestro programa de eficiencia operativa ha mejorado la rentabilidad y estamos avanzando en nuestras conversaciones con instituciones financieras para diversificar nuestras fuentes de financiación”, añadió.