El gallego González Soler invertirá 42 millones en la planta de Huesca que vendió Alcoa
El grupo de aluminio Alibérico presenta Iberfoil Integra, un proyecto de economía circular que podría captar fondos europeos y que se desarrollará en el complejo de Sabiñánigo que perteneció a Alcoa
Vida después de Alcoa. Al contrario de lo que, en estos momentos, ocurre con las plantas de Alu Ibérica en A Coruña y Avilés, intervenidas judicialmente y que se encaminan hacia el preconcurso, en España, otro complejo industrial que en tiempos estuvo en manos de la multinacional americana parece caminar con paso firme. Se trata de Iberfoil, en Huesca, en manos desde 2014 de Alibérico, el discreto gigante del aluminio del empresario de origen gallego Clemente González Soler. El presidente del grupo empresarial presentó este lunes, en la sede de la Fundación Hidrógeno Aragón, el proyecto Iberfoil Integra, que contempla la inversión en el complejo industrial de Sabiñánigo de más de 42 millones de euros “y está llamado a convertirse en un referente del modelo de economía circular en España”.
El proyecto Iberfoil Integra, que ha sido declarado de interés autonómico por el Gobierno de Aragón y podría recibir apoyo europeo, contempla el desarrollo de una nueva planta dentro de actual recinto fabril de Iberfoil, dedicado a la hoja de aluminio y que da empleo, en la actualidad, a una plantilla de unas 110 personas. En la nueva factoría se recuperará chatarra y se procederá a la fundición de la misma y a la fabricación de bobinas. Explican desde Alibérico que estará dotada de hornos de fundición que podrán emplear en el futuro hasta un 100% de hidrógeno como combustible y, por tanto, “evitar las emisiones de CO2 de este tipo de procesos de las actuales industrias del aluminio”.
Generación de empleo
La nueva planta supondrá la creación de 40 puestos de trabajo directos en una primera fase y 75 en la segunda. Aseguran que, “además de consolidar los 110 actuales, se generarán otros 400 indirectos”.
González Soler indicó en la presentación del proyecto que será “esencial y estratégico para España, en tanto que esta es la única planta de este tipo dedicada a la laminación de hoja fina de aluminio para los sectores farmacéutico y alimentario”. “En un mundo que va a ser cada vez menos global y más local, la seguridad de los suministros de las materias primas será clave para la industria y la economía de los países”, añadió.
En esencia, lo que pretende el grupo es integrar en Iberfoil la nueva factoría de fundición y, a partir de chatarras de aluminio, fabricar bobinas del mismo material. Según El Economista, con este proyecto de economía circular se sustuirán 25.000 toneladas anuales de aluminio primario de Alcoa San Cibrao por 25.000 toneladas de chatarra de aluminio recuperado del propio mercado español en una primera fase del proyecto que se extenderá hasta 2023.
De Alibérico a Aludium
Con todo, el empresario aseguró que “si bien se trata de un proyecto que aportará mayor autonomía e independencia al grupo Alibérico, nuestra voluntad es la de mantener, como hasta ahora, los acuerdos de colaboración y suministro con Aludium Amorebieta”, principal proveedor de materia prima para la compañía y factoría que también formó parte de la cartera de activos de Alcoa en España. Esta última factoría está en manos del fondo americano Atlas, que ha mostrado su interés en hacerse con el histórico activo de Alcoa en Cervo.
Hace ahora más de una década, Alcoa vendió la planta de hoja de aluminio de Sabiñánigo al fondo alemán Bavaria. Posteriormente, en 2014, acabó en manos del grupo de Clemente González Soler que, en los últimos años, siempre ha estado presente en todas las quinielas como posible comprador de activos de Alcoa cuando esta ha acometido alguna desinversión. Alibérico ya estuvo interesada en las alumineras de Alcoa hace cinco años y se desmarcó en último momento de la puja por la factoría de A Coruña en el año 2019.