El futuro industrial de Galicia se decide el verano del Covid-19
Al margen de Alcoa, está previsto que a mediados de julio comiencen las pruebas con biocombustibles que podrían frenar el cierre de la térmica de As Pontes
Todo parece indicar que el futuro industrial de Galicia se va a decantar el primer verano de la pandemia del Covid-19. Precisamente debido al virus, la crisis de muchas empresas del sector parece haberse agudizado. El principal exponente es Alcoa. El próximo jueves está previsto que comience el periodo formal de negociaciones del ERE que la compañía americana pretende aplicar en su planta de Aluminio en San Cibrao (Lugo) y mediante el que pretende dejar en la calle a 534 personas.
Si bien hasta el momento la compañía ha rechazado la intención de buscar un comprador para la factoría, al asegurar que no es productiva en las actuales condiciones de mercado, la ministra de Industria, Reyes Maroto, anunció que en las próximas semanas el Consejo de Ministros aprobará el Estatuto para el Consumidor Electrointensivo, llamado a regular el precio de la energía de grandes industrias como Alcoa, Ferroatlántica o Celsa. De momento, este martes está previsto que el Ejecutivo central dé luz verde al Fondo de Reserva de Garantía, una figura contemplada por cierto en el propio borrador del estatuto y que servirá de aval estatal para que la gran industrial electrointensiva pueda suscribir contratos de compraventa de energía a medio y largo plazo con plantas de generación renovable. El fondo actual está dotado con 600 millones de euros para sus tres primeros años (200 para cada ejercicio), luego, su cuantía será negociada con los presupuestos del Estado. También la Xunta ha pedido que se active ya, en los próximos meses, una subasta de interrumpibilidad que pueda dar un soplo de oxígeno a la congestionada industria consumidora de electricidad.
Endesa: un verano de pruebas
No obstante, el futuro de Alcoa y la gran industria consumidora no es el único que se decide este verano. También quedará sentenciado, para un lado o para otro, el futuro de la térmica de Endesa en As Pontes. En un inicio, el cierre está solicitado para mediados del año que viene, no obstante, la compañía, propiedad de la italiana Enel, se ha comprometido a estudiar todas las alternativas que impidan el cierre. Este lunes se reunió la Mesa de As Pontes, a la que sientan tanto empresa como ayuntamiento, Xunta de Galicia y Gobierno del Estado. En la misma, y según fuentes empresariales, la compañía indicó que, previsiblemente, a partir de mediados de julio estará en disposición de acometer en la factoría coruñesa las pruebas con biocombustibles, que determinarán si la planta puede continuar con vida a pesar del fin del carbón.
Endesa realizará una serie de pruebas, que se esperan no duren más allá de septiembre, y que sirvan para analizar si la planta es capaz de generar energía competitiva a partir de un mix de carbón procedente de Kazajistán y lodos de la zona. Si las pruebas –que se deben llevar a cabo una vez que reciba el ok del regulador energético y la desulfuradora de la planta de As Pontes esté a punto para las mismas–, son positivas, la compañía se ha comprometido a «retirar la solicitud de cierre«.
Un futuro en las renovables
Si no lo son, Endesa asegura que mantendrá en plan Futur-e por el que propone sustituir en Galicia los 1.468 MW térmicos de la central de As Pontes por 1.505 MW renovables hasta 2026 (asegura la compañía con una inversión de unos 1.580 millones de euros y la generación de unos 1.250 empleos directos de media anual en los 6 años de la fase de construcción y 125 en la de operación y mantenimiento).
Si bien es cierto que Endesa garantiza la continuidad de los trabajadores directos de As Pontes aunque cierre la planta, el gran impacto está tanto en la industria auxiliar como en el sector de los transportistas que, como los trabajadores de la Mariña lucense, verán cómo su futuro inmediato se dedice este verano. El primero de la pandemia del Covid-19.
