El Fuenlabrada releva al auditor que destapó sus líos contables
El club encarga la verificación de sus cuentas a BDR Auditores en sustitución de Gálvez Auditores, que había detectado movimientos millonarios en metálico
El Club de Fútbol Fuenlabrada cambia de auditor en plena crisis. Así se desprende de las últimas anotaciones del Boletín Oficial del Registro Mercantil, en las que consta que el pasado 3 de agosto (justo dos semanas después de la suspensión del encuentro del equipo madrileño ante el Deportivo en Riazor) se llevó a cabo una nueva ampliación de capital por valor de 1,44 millones de euros y el nombramiento de BDR Auditores como nuevo encargado de revisar las cuentas del club.
De esta forma, el conjunto presidido por Jonathan Praena releva a Gálvez Auditores, que la temporada pasada forzó al club a reformular sus cuentas y emitió una opinión con salvedades en la que desvelaba movimientos millonarios de efectivo en el club, y opta por nombrar como auditor a esta firma con sede en Santander, que fue la encargada de poner números a la concesión del Estadio Fernando Torres. Y es que BDR Auditores fue la encargada de elaborar estedocumento que tomó como base el informe elaborado por los arquitectos Esther Vallejo y José Canduela por el cual se otorgó un valor de 5,5 millones de euros sobre el derecho de uso de esta instalación a la que Tinsa, firma de referencia en el sector de la tasación, otorgaba un valor de 2 millones de euros. Fue la propia Liga de Fútbol Profesional (LFP), presidida por Javier Tebas (que tiene a su hijo como asesor jurídico del Fuenlabrada y cuyo bufete se hizo en 2018 con un contrato del club valorado en más de 100.000 euros), el que recomendó al conjunto madrileño que encargase un nuevo informe de tasación a estos dos profesionales.
El movimiento permitió inyectar 4,17 millones de euros en el patrimonio neto del club en concepto de subvenciones (los otros 1,38 millones de euros engrosan ahora los pasivos por impuesto diferido), algo que, sumado a la ampliación de capital llevada a cabo el pasado verano, permitió sacar al club de la denominada quiebra técnica. Su patrimonio neto pasó de registrar un resultado negativo por valor de 3,5 millones de euros a uno positivo de 940.047 euros, según se desprende de sus últimas cuentas anuales.
Líos en sus cuentas
El Fuenlabrada apuesta, de esta manera, por BDR Auditores en detrimento de Gálvez Auditores, que mantuvo diferentes encontronazos con la cúpula del club a cuenta de sus líos contables. De hecho, en las primeras cuentas anuales formuladas por el conjunto madrileño en julio de 2019, sus antiguos auditores emitieron un informe de auditoría en el que expresaban una opinión denegada, lo que forzó al Fuenlabrada a reformular sus cuentas. “LaLiga exigía una auditoría con opinión, para lo que se hacía imprescindible la reformulación”, asegura el club en sus últimas cuentas anuales.
Tras dos nuevas revisiones de sus cuentas (la primera en agosto, donde ya no contó con opinión denegada), el Fuenlabrada pasó a contabilizar su ampliación de capital por valor de 1,8 millones y la nueva valoración del Estadio Fernando Torres, pero los auditores expresaron su discrepancia con distintos puntos. Entre ellos, los movimientos millonarios de dinero en metálico.
Según consta en el informe de auditoría, la actividad del club “ha sido deficitaria, financiándola con aportaciones de partes vinculadas que, de acuerdo con la información a la que hemos podido acceder, la han facilitado mayoritariamente mediante entregas en metálico. A ello se añade que una parte relevante de los gastos de la sociedad son las denominadas dietas que abonan al personal también en metálico. No pudimos confirmar o verificar por medios alternativos los referidos movimientos en metálico que han ascendido en cuanto a los préstamos a la cantidad de 1,59 millones de euros en varios ejercicios, y en relación a las dietas pagadas a la cantidad de 322.400 euros en la temporada actual”, aseguran los auditores que checkearon las cuentas del Fuenlabrada de la campaña 2018-19
En paralelo, el informe de auditoría también pone de manifiesto que la citada ampliación de capital por valor de 1,8 millones de euros se “elevó a público en escritura de fecha 25 de junio de 2019”, pero no fue “inscrita por el Registro Mercantil de Madrid en fecha 27 de diciembre de 2019, muy posteriormente a la fecha límite señalada por la legislación mercantil para formular las cuentas anuales (los tres meses siguientes a la terminación del ejercicio), motivo por el que debería haber permanecido registrada entre las deudas a corto plazo”, recalcan desde Gálvez Auditores. La firma también asegura no haber tenido acceso al libro de actas del consejo de administración del club ni a documentación sobre posibles ejercicios abiertos a inspección fiscal.