El dos por uno de Greenalia en Curtis: producirá electricidad y abonos

Una directiva europea abre la puerta a que la compañía cierre el círculo y pueda usar las cenizas generadas durante la combustión para abonos

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Greenalia cierra su círculo verde en Teixeiro (Curtis). La compañía presidida por Manuel García Pardo presentó ayer su planta de biomasa, con 50 megavatios de potencia y 8.000 horas de operación al año, y con la que dará un empujón a su cuenta de resultados por otras vías más allá de la venta de electricidad.

Y es que la firma sacará partido de cada uno de los eslabones que componen la cadena de valor. Desde el suministro de la biomasa forestal (restos de pinos y eucaliptos cortados por empresas del sector maderero gallego), que correrá a cargo de su filial Greenalia Forest, la cual se embolsará 340 millones de euros en 25 años, hasta el vuelco de la energía en la red, que aportará 37 millones de euros anuales y un ebitda superior a los 17 millones.

Puerta abierta a los abonos

Pero a estos dos elementos podría unirse un tercero. Y es que la planta podría encontrar un nuevo uso para las cenizas generadas tras el tratamiento de medio millón de toneladas anuales de residuos forestales. Así lo ha avanzado Manuel Bueno, director del proyecto de la planta de Teixeiro, que ha asegurado que una directiva europea podría autorizar, previsiblemente a partir de 2022, el uso como abono de cenizas como las generadas en el buque insignia de Greenalia. «Sería ideal porque cerraría el ciclo completo de la biomasa”, ha recalcado Bueno.

En el caso de salir adelante esta medida, Greenalia abriría una nueva vía de ingresos al proyecto. Y es que las cenizas son los restos que quedan tras el proceso de combustión al que son sometidas unas astillas que previamente se han obtenido tras triturar los residuos forestales procedentes de talas de árboles. La compañía consumirá el 25% de toda la biomasa forestal de toda Galicia, que le llegará procedente de unos 80 camiones que serán los encargados de llevar cada día estos residuos a la planta. De esta forma, Greenalia encuentra un nuevo uso a una biomasa forestal que en el caso de no ser correctamente gestionada, se acabaríaconvirtiendo en uno de los principales focos de riesgo de incendios. 

“En 2019 se cortaron en Galicia cerca de 10 millones de metros cúbicos de madera y, en cada explotación forestal, el 25% de lo que sale de madera se queda en el monte en forma de restos”, ha revelado Mauro Coucheiro, director de operaciones de Greenalia.

Greenalia intenta imprimir su apellido (the green company -la compañía verde) a este proyecto también por otra vía: la gestión del agua. Y es que, según ha desvelado Manuel Bueno, la compañía ha apostado por acometer una mayor inversión inicial para instalar una serie de aerocondensadores, solo utilizan 15 metros cúbicos por hora, menos que “cualquier lavandería o restaurante de A Coruña», ha ejemplificado Manuel Bueno. 

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