El doble golpe de Eva Cárdenas (Zara Home): primeras ganancias con su inmobiliaria en el año que ficha por Sargadelos

Eva Cárdenas endereza el rumbo de su inmobiliaria en el año del Covid-19. Niebla Azul, la sociedad con la que selló su vuelta a la actividad empresarial en 2019 tras su salida de Zara Home, ha cosechado sus primeros beneficios tras casi triplicar su facturación.

La compañía ha pasado de registrar una cifra de negocio de 52.840 euros en 2019 a 131.485 euros en 2020 pese a la crisis desatada por la pandemia. Este crecimiento de sus ingresos ha permitido que la sociedad dé carpetazo a los números rojos con los que cerró su primer año de andadura y se anota beneficios de cinco dígitos.

Y es que Niebla Azul ganó 52.891 euros en 2020, unas cifras que contrastan con los 19.495 euros de pérdidas que se anotó en 2019. Este crecimiento también se ha hecho notar en el número de trabajadores, toda vez que la firma ha pasado de contar con un solo empleado al cierre de 2019 a elevar esta cifra a tres al término del año pasado.

Niebla Azul recurre a los bancos mientras crece

Eva Cárdenas ha optado por dedicar todos estos beneficios en su inmobiliaria a reservas y a compensar las pérdidas del año anterior. Es por ello que su patrimonio neto ha aumentado de 3,08 a 3,14 millones de euros, frente a unos activos que se ha incrementado de 3 a 3,5 millones de euros después de que la compañía haya optado por acudir a la ventanilla de los bancos para contraer préstamos por valor de 379.400 euros (todos ellos con devolución a corto plazo).

Eva Cárdenas, pareja de Alberto Núñez Feijóo, ha cosechado los primeros beneficios con su inmobiliaria en un año en el que ha sellado su regreso a la primera línea empresarial con su nuevo cargo en Sargadelos. El emblemático fabricante de cerámica selló su contratación como asesora externa el pasado mes de diciembre, cuando se cumplían dos años de su salida de la dirección de Zara Home.

Su fichaje por Sargadelos

La incorporación de Eva Cárdenas se produjo en un momento de renovación del patronato de Sargadelos, que pretendía intensificar sus acciones para divulgar la cultura industrial de la compañía, así como los valores tradicionales de la cultura gallega. Sin embargo, de este órgano decidió salirse la Xunta, que contaba con dos representantes. El propio conselleiro de Educación, Cultura e Universidade, Román Rodríguez, uno de los dos miembros del Ejecutivo gallego que formaban parte del patronato (el otro era Anxo Lorenzo, director xeral de Políticas Culturales), justificó este movimiento por el hecho de evitar «usos torticeros» por parte de la oposición.

«Nos dimos cuenta, y hoy es una constatación, que esta acción privada podía ser utilizada desde la perspectiva política de un modo malintencionado o de un modo torticero», apuntó Rodríguez. Según explicó, la presencia del Gobierno gallego en un órgano en el que también está representada la propia pareja del presidente de la Xunta podría ser usada, según temían, para «poner en peligro» o «minusvalorar el legado cultural de Sargadelos«.