El coste de abrir en Rusia: crisis de reputación y llamadas al boicot contra Uniqlo
El rival japonés de Inditex es de las pocas multinacionales de la moda que ha decidido mantener sus tiendas abiertas en Rusia tras el ataque a Ucrania
El éxodo de firmas textiles de Rusia tras el ataque a Ucrania, desde H&M a Inditex, tiene una destacada excepción en Uniqlo. El conocido como Zara japonés decidió mantener su actividad pese al belicismo de Putin en un mercado en el que cuenta con medio centenar de establecimientos. “La ropa es una necesidad para la vida, la gente de Rusia tiene el mismo derecho a vivir que nosotros”, dijo el fundador Tadashi Yanai en declaraciones al periódico Nikkei.
Aunque preservar la actividad en un mercado tan grande como el ruso puede parecer ventajoso, también tiene un coste. En guerra no hay decisiones buenas y Fast Retailling, la matriz de Uniqlo, ya lo está comprobando. La crisis de reputación y las llamadas al boicot contra la firma se han sucedido desde que anunció su decisión.
En redes sociales, bajo el hashtag #boycottUniqlo, usuarios han pedido que dejen de comprar ropa al minorista nipón. El embajador de Ucrania en Japón, Sergiy Korsunsky, se sumó a las críticas, midiendo bien la doble cara de la decisión de Fast Retailling.
“Cortar negocios de Rusia no es una pérdida, es una inversión. Si demuestra algún sacrificio de ganancias por un período de tiempo, alienta a Rusia a convertirse en un miembro normal de las naciones y obtendrá muchas más ganancias en el futuro”, dijo Korsunsky en declaraciones a Bloomberg.
Impacto impredecible
El problema de la crisis de reputación es que no se limita a Rusia y a Ucrania, sino que el impacto puede castigar a otros mercados de la cadena.
Del mismo modo, la presión aumenta debido a la salida de numerosas multinacionales del país, como Nike, Adidas, Mango, Tendam, H&M o la propia Inditex, entre otras.