El Corte Inglés y la compra de Mega-2: un trato en el que ganan todos

Tras años de suspicacias, El Corte Inglés anunció la semana pasada la compra de Mega-2, su principal contrata de seguridad. Los grandes almacenes adquirían una firma que dependía de ella para subsistir y que estaba vinculado con el misterioso Juan Carlos Fernández-Cernuda, el hombre que conoce todos los secretos de la casa. Después de ser acusada incluso de corrupta, la relación entre ambas firmas toma un nuevo rumbo en el que, hables con quien hables, todo el mundo está contentos.

Para empezar, el pacto se selló con una sonrisa en la cúpula de El Corte Inglés, especialmente por parte del departamento financiero. Como desveló Economía Digital, el coste de los servicios que Mega-2 prestaba a la empresa triplicaba los precios de mercado en muchos casos.

Durante su mandato, el expresidente Dimas Gimeno trató de investigar las relaciones entre ambas empresas tras recibir varias denuncias anónimas, pero jamás logró sacar el agua clara de la empresa propiedad de la madre de Fernández-Cernuda, exdirector de seguridad de la organización, y Joaquín Domingo Martorell, expolicia que se hizo popular por su participación en la liberación del padre de Julio Iglesias, secuestrado por ETA en 1981.

Por ello, tras abandonar la empresa y en plena oleada judicial contra la nueva presidenta, Marta Álvarez, y su entorno decidió presentar una querella contra Cernuda, su madre y Martorell por “presuntos delitos de corrupción entre particulares y delitos societarios”. 

El Corte Inglés podrá contratar su seguridad a precios de mercado tras el adiós de Cernuda

La querella por “presuntos delitos de corrupción entre particulares y delitos societarios” fue desestimada y el análisis interno encargado a la consultora BDO sentenció que todo lo realizado estaba hecho al corriente de la cúpula.

Con el horizonte judicial cerrado, El Corte Inglés podrá a partir de ahora ahorrarse el sobrecoste de contratar al guardián de los secretos del grupo, que se jubilará en marzo y que ahora lidera la división de protección de datos.

Además, las fuentes consultadas sostienen que los grandes almacenes revenderán Mega-2 en el plazo de un año, una vez puesta en orden la relación entre ambas firmas. Entre los candidatos más firmes a adquirirla está Prosegur, que no trabaja para ECI por desavenencias históricas con el propio Cernuda.

La satisfacción en El Corte Inglés la personaliza el consejero delegado, Víctor del Pozo, que al fin se quita de encima a la única persona –más allá de la presidenta, Marta Álvarez— que escapaba de su control. Hombre de confianza del histórico expresidente Isidoro Álvarez, Cernuda conocía todos los secretos de la casa, movía los hilos y era temido por su poder entre bastidores.

Pero el encargado de seguridad se jubilará en marzo con un generoso finiquito, que se sumarán a los 28 millones que percibirá por la venta de Mega-2, según El Confidencial. Tras sufrir el coronavirus durante la primavera, el dirigente tomó la decisión de dar un paso atrás.

La vida de Mega-2

De hecho, alargar la vida de Mega-2 nunca estuvo entre sus planes. A pesar de que también tiene contratos con el Atlético de Madrid o Renfe, alrededor del 80% de la facturación procede de El Corte Inglés. La empresa fue creada para prestar servicios a los grandes almacenes y ya estuvo a punto de ser vendida hace menos de 4 años a Securitas, que frenó la operación tras realizar la correspondiente due dilligence.

Al contrario que Isidoro Álvarez, que desató una guerra familiar entre su sobrino Dimas Gimeno y sus hijas adoptivas –Marta y Cristina Álvarez– tras su fallecimiento, Cernuda si ha dejado atado su relevo en la empresa para mantener sus ojos y oídos en las oficinas de la madrileña calle Hermosilla.

El directivo dividió el poder entre dos de sus alumnos en la compañía. La división de seguridad la liderará Catalina Polán, con la que mantiene una estrecha relación, y que según Hispanidad ya comenzó a hacer algunos cambios en el departamento. Mientras, Mega-2 la dirigirá Juan Moral de la Rosa, exfiscal de la Audiencia Nacional. Se da la circunstancia, además, de que la relación entre ambos es muy fría, por lo que Cernuda se aseguró que ninguno obtuviera el poder absoluta y se vigilaran entre ambos.