La vacuna rusa e Iberatlantic irrumpen en la UE en pleno fiasco de AstraZeneca

Pedro Mouriño, fundador y primer ejecutivo de Iberatlantic, cree que si los países activan el procedimiento de urgencia podría haber una distribución de la vacuna rusa tras el éxito en los estudios sobre su eficacia

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La vacuna rusa contra el coronavirus ha tomado este martes una nueva dimensión en el marco europeo. Un ensayo con 20.000 participantes publicado en la reconocida revista The Lancet muestra que la Sputnik V tiene una eficacia del 92% contra el Covid-19, situándose en niveles similares a la de Pfizer, la primera en distribuirse en España.

La publicación del estudio llega tras las grietas abiertas en el plan de suministro de vacunas negociado por la Comisión Europea debido a las discrepancias con las multinacionales y las dificultades de Pfizer y AstraZeneca para cumplir los contratos, a pesar de la financiación recibida de fondos comunitarios.

El caso de Oxford y AstraZeneca, uno de los proveedores a los que se les presumía mayor capacidad de producción, se agrava día a día debido a la incertidumbre sobre la eficacia de su vacuna en los mayores de 65 años. Alemania, Francia, Italia o Países Bajos han decidido no utilizarla en personas mayores, una decisión que previsiblemente tomará también España, lo que invalidaría la administración de la vacuna para la mayor franja de población vulnerable frente al coronavirus.

En este escenario, ¿es posible la llegada de vacunas rusas a los países de la UE? La comisión europea ha obviado la patente rusa durante sus negociaciones y ha optado por Pfizer, Moderna, AstraZeneca, Sanofi, Curevac y Johnson&Johnson, además de estar en conversaciones con Novavax.

Pedro Mouriño, fundador y CEO de Iberatlantic, la empresa gallega que tiene un acuerdo con Rusia para participar en la distribución de vacunas, ve difícil una aprobación acelerada de la patente rusa por parte de la EMA y la Comisión Europea, aunque entiende que “no tendrán más remedio que registrarla” ante los resultados que está mostrando.

Pedro Mouriño, fundador y CEO de Iberatlántic

El también cónsul honorario de Rusia en Vigo cree que la vía más rápida para que la vacuna rusa se distribuya en Europa es desde compras directas de los propios países, a la manera en que lo hizo Hungría. “Si los países activan procedimientos de aprobación de urgencia, habrá vacuna rusa”, concluye. Y si la Sputnik V se distribuye, “Iberatlantic estará colaborando”, asegura.

Más presión sobre la Comisión Europea

En su análisis, Mouriño entiende que la Comisión Europea erró en su estrategia de vacunación. “Se confió en multinacionales anglosajonas, se les dio financiación, se les adelantó dinero y se restringió la competencia al descartar otras vacunas. Al final, la UE quedó en una posición negociadora muy débil”, razona.

También critica que la comisión europea haya racaneado con los precios de las vacunas cuando, “además del coste en vidas, se produce un impacto brutal en la economía de los países por las restricciones, lo que equivale a la pérdida de miles de millones de PIB».

Esta es una parte del problema. La segunda es la de las propias capacidades productivas de las compañías, algunas de ellas sin músculo para abastecer la inmensa demanda de los países de la UE con la urgencia que requiere una situación de pandemia.

De hecho, Iberatlantic, contempla la posibilidad de un modelo similar al de Novavax con la gallega Zendal si la vacuna rusa llega a distribuirse, es decir, encargar a un fabricante externo la producción de dosis en base a la patente rusa. Con domicilio en Vigo, la empresa de trading tiene una larga trayectoria de colaboración con el sector empresarial ruso y es “socio regional” de la Fundación Roscongress, creada en 2007 para promover el desarrollo económico y la imagen internacional de Rusia, entre otros objetivos.

Un calendario más lento

Mouriño considera que en el primer semestre del año será imposible conseguir una inmunización amplia, que no llegará hasta el segundo semestre o, incluso, hasta el año que viene, “aunque habrá lógicamente un incremento del ritmo por la incorporación de más fabricantes”. En esta situación, aboga por que los países adquieran directamente las dosis al margen de la estrategia de compra centralizada desde la UE. “Apenas un 15% de los fármacos que se comercializan vienen de un procedimiento de aprobación de la Agencia Europea del medicamento (EMA)”, alega.

Sputnik V se ha distribuido hasta el momento en una quincena de países además de Rusia, al llegar a acuerdos con Bolivia, Venezuela, Hungría, Argentina, Paraguay, Túnez o Irán.

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