El capital gallego, ausente en los nueve macroproyectos de eólica marina que enfrentan a Xunta y Gobierno
De momento, no existen inversores gallegos que hayan presentado ante el Ministerio de Transición Ecológica planes offshore para las aguas autonómicas de forma que, como en la eólica terrestre, los proyectos los copan grupos foráneos
En el mar… como en la tierra. Los inversores foráneos copan los proyectos de eólica marina que, de momento, se han presentado de forma inicial ante el Ministerio para la Transición Ecológica. Los de Teresa Ribera aprobaron finalmente esta semana los POEM, los Planes de Ordenación del Espacio Marítimo, que determinan las zonas de la costa española donde será posible levantar parques offshore. Es el paso previo necesario para poder acometer la subasta de espacios y megavatios.
Según la normativa aprobada el pasado martes en el Consejo de Ministros, el Gobierno permitirá desplegar la eólica marina en cuatro polígonos de la costa cantábrica gallega y en uno ubicado frente a la desembocadura del Miño. El Ejecutivo ha marcado en los POEM hasta 19 zonas de alto potencial para el desarrollo de la energía offshore en el litoral español, repartidos en la zona noratlántica, la levantina-balear, la canaria y la del Estrecho de Alborán.
La zona noratlántica, que engloba Galicia y Asturias, con ocho polígonos o zonas en las que será posible desarrollar parques, se come más del 50% del espacio total reservado para la eólica marina en todo el Estado. Una situación que ha supuesto la apertura de la enésima batalla entre la Xunta y el Gobierno de Pedro Sánchez.
Mientras que la vicepresidenta Ribera asegura que los POEM son «garantistas» y que no influirán de forma negativa en la actividad pesquera, la Xunta de Alfonso Rueda advierte de que «no autorizará ningún parque que ponga en riesgo recursos pesqueros«. De fondo, una polémica sobre si el Gobierno central tuvo o no en cuenta las alegaciones de la administración gallega a la hora de elaborar los Planes de Ordenación del Espacio Marítimo. Transición Ecológica dice que sí y el Ejecutivo gallego, lo contrario…
Nueve proyectos sobre la mesa…
Y así, con polémica y con sectores claramente enfrentados en sus planteamientos (de la pesca al industrial), arranca en Galicia la carrera de la eólica marina. Una competición en la que, al menos de momento, se prevén seis contendientes (en el sector creen que finalmente serán más) que han presentado, de forma inicial y con proyectos sujetos a cambios, nueve proyectos ante el Gobierno. Ninguno de ellos cuenta, que se sepa, con capital gallego detrás.
Antes de la aprobación de los POEM, ante el Ministerio para la Transición Ecológica se presentaron hasta nueve proyectos, siete en la zona de las Rías Altas y A Mariña lucense y dos en la desembocadura del Miño. Sumarían todos más de 6.000 megavatios de potencia, una cantidad que se antoja inasumible, primero porque muchos de los proyectos se solapan en la misma zona. Segundo, porque el Gobierno central se ha marcado el objetivo de tener 3.000 MW en operación en toda España en 2030.
… Ninguno con capital gallego
Una de las últimas propuestas que figuran en la página de trámites ambientales del Miteco es la de la cordobesa Abey Energy, que planea un parque en A Mariña de 600 MW. Antes de ella, la madrileña Capital Energy, de Jesús Martín Buezas, presentó sendos proyectos de 510 MW cada uno, en la costa lucense y en Rías Baixas. El gigante Ferrovial, en trámites para trasladar su sede a Países Bajos, también tiene dos parques en liza en las mismas ubicaciones que suman más de 1.000 MW.
Cobra, compañía que el gigante ACS de Florentino Pérez vendió al grupo francés Vinci, propone también el parque Galdwind, al norte de Estaca de Bares, con otros 1.000 MW proyectados. La lista la completan la alianza BlueFloat y Sener (con sede en Madrid y Vizcaya), que quiere desarrollar un parque de 500 MW en su fase inicial en las Rías Altas, e Iberdrola. La multinacional de Ignacio Sánchez Galán tiene en cartera los parques San Brandán y San Cibrao, entre Lugo y A Coruña, de 490 MW cada uno.
De Greenalia a la socia de Reganosa
De los grupos gallegos con intereses energéticos, de momento, ninguno ha mostrado intención de entrar en la pugna por la eólica marina en Galicia. Greenalia, la compañía que preside José María Castellano y dirige Manuel García, sí ha puesto la mirada en las Islas Canarias. El pasado año, la coruñesa presentó ante el Gobierno insular cinco instalaciones con una capacidad conjunta de 250 megavatios, para su construcción frente a las costas de Gran Canaria.
En el sector creen que «siendo optimistas», los concursos de MW de eólica marina podrían comenzar a final de año. Para entonces creen que podrían emerger más actores. Uno de los que ha dado muestras de su interés por la eólica marina en Galicia es EDP, la energética lusa socia en el hidrógeno verde de Reganosa, esta sí, compañía participada por el grupo Tojeiro y la propia Xunta de Galicia.
Como en tierra
La ausencia o, cuanto menos, el menor peso de capital gallego en los grandes desarrollos eólicos en la comunidad no es algo novedoso. Pasa también con la eólica terrestre.
Sin computar todavía los nuevos desarrollos que acaban de recibir luz verde por parte de la Xunta, y los futuros del Gobierno central, tres grandes grupos con sede fuera de Galicia, Iberdrola, Endesa y Acciona, copan el reparto de megavatios en operación en la comunidad. Las tres controlan la mitad de la energía eólica en el territorio. Destacan, como grupos con capital gallego, Norvento y Greenalia, pero con ejecuciones mucho menores.