El boom de Galmask: avalancha de pedidos internacionales de las mascarillas hechas en Galicia
Mientras se debate la o obligatoriedad de las FFP2, la firma gallega dispara las ventas con la mascarilla considerada como una de las más seguras
La fusión de Dismark e I-LEVER, Galmask, está dando resultados con muy buenos números para la empresa fabricante de mascarillas FFP3, unas de las más seguras del mercado. Con los servicios totalmente saturados, la entidad se ha visto obligada a suspender la aceptación de nuevos pedidos por el momento ante la imposibilidad de satisfacer el enorme volumen de clientela.
Galmask produce un millón y medio de mascarillas FFP3 al mes, con homologación europea y envíos internacionales. Se trata de un producto más seguro que las conocidas FFP2, ya que estas filtran alrededor del 95% del aire tanto de entrada como de salida, mientras que las fabricadas por la empresa gallega elevan ese porcentaje hasta más de un 99%. Se trata así de una de las herramientas más eficaces para protegerse del Covid-19 y también de evitar contagiar a las personas que se encuentren cerca.
Aunque las ventas ya registraban buenos números, el anuncio de las nuevas medidas restrictivas por parte del Gobierno central y el autonómico han ayudado a elevar todavía más la cantidad de pedidos. El aumento de casos de coronavirus en España ha sido otro factor que ha impulsado a los ciudadanos a hacer encargos cada vez más grandes.
Saturación en la venta
Los precios varían según la cantidad de mascarillas que comprenda cada paquete. El menor de ellos, con 10 unidades, cuesta 24,08€, mientras que el mayor, de 500 unidades, se eleva hasta los 1,089€. La compañía también vende el modelo FFP2, con menor efectividad y por lo tanto un precio más reducido, aunque en este caso el producto no es fabricado en Vigo, sino importado.
«Estamos del día a la noche atendiendo llamadas para pedidos tanto de empresas como de particulares. Hay gente que llama para encargar packs de 100, pero también hasta de 7,000 unidades«, explican desde la entidad a este medio. Es por ello que han tenido que anunciar en su web la necesidad de suspender las ventas de algunos de sus productos hasta el 30 de enero.
«Nuestra popularidad también creció por haber salido en muchos medios de comunicación tras la creación de la empresa. Mucha gente quiere comprar mascarillas que se fabrican en España«, cuentan. La factoría, que se encuentra en Vigo con distribuidora en Santiago, generó en su día 30 puestos de empleo y supuso una inversión de 600.000 euros, según datos de la Xunta que ha inyectado 12 millones de euros a diferentes medidas para luchar contra el coronavirus a través de la producción de equipos de protección y el apoyo a soluciones innovadoras.