El atraco en la empresa del suegro de Marta Ortega acaba en el juzgado
Disputa entre Prosegur y Allianz por el robo de dinero, mercancía, ropa y joyas de la sede de la empresa de moda de Roberto Torretta
Un atraco que acaba en los juzgados y no tiene precisamente como protagonistas a sus autores. Es lo que le ha sucedido al empresario de moda Roberto Torretta, suegro de Marta Ortega, con el robo que tuvo lugar en la sede de su empresa, en la madrileña calle Fereluz, en septiembre de 2017. El asunto coleó durante tres años en los juzgados, a base de recursos entre las partes implicadas en aquel incidente, la empresa de seguridad y la compañía aseguradora, que se echaron las culpas a la cabeza.
Todo sucedió en apenas veinticuatro horas. La cuestión es que entre las 17 horas del día 28 de septiembre de 2017, un jueves, y las 7 horas del 29, un viernes, “autores desconocidos forzaron la cerradura metálica de la entrada de la nave de la empresa SNIF, en la calle Fereluz, de Madrid, y la de una puerta interior para acceder a la nave, forzando dos cajas fuertes con una lanza térmica y llevándose el dinero que se encontraba en su interior, además de mercancía que se encontraba en el local, ropa y joyas”. SNIF es la sociedad que comparten el consuegro de Amancio Ortega y su mujer, que explota la marca Roberto Torretta. Y en la calle Fereluz está la base de operaciones de la empresa familiar.
Sabotaje con productos químicos
Todo este pasaje figura en la sentencia de la Sección nueve de la Audiencia Provincial de Madrid, que fue la instancia encarga de dirimir un recurso presentado por Prosegur, la empresa a la que Torretta había contratado la seguridad, frente a la compañía de seguros Allianz, encargada de la cobertura de daños. Porque, previamente, el Juzgado de Primera Instancia número cuatro de Madrid había admitido y dado la razón a la demanda interpuesta por Allianz contra Prosegur.
La sentencia a la que ha tenido acceso Economía Digital Galicia reconstruye en parte el atraco, y ofrece detalles de la vulnerabilidad de los sistemas de seguridad en la sede de la empresa de Roberto Torretta. Prosegur alegó en su defensa que “el sistema de seguridad se encontraba en correcto funcionamiento, pero que fue saboteado inutilizando el volumétrico de la entrada, que fue rociado por los intrusos con algún producto químico para anular su captación, y saboteada igualmente la centralita antes de que esta pudiera transmitir la señal de alarma en los tiempos necesarios para ello”.
Prosegur culpa a Roberto Torretta
En la sentencia se detalla que se fija en unos 15 segundos este tiempo que comprende el registro de la intrusión, tono, marcación, establecimiento de la llamada, confirmación de respuesta del programa de gestión de alarmas y transmisión final del evento.
Prosegur, la apelante, alegaba que “lo que propició el sabotaje del sistema de seguridad fue el hecho de haberse inutilizado previamente con laca el detector situado en la entrada”. E imputaba, además, “la causa del sabotaje a la propia imprudencia del titular de la nave que permite libremente la entrada en ella y transitarla unos 10 o 12 metros hasta alcanzar el detector e inutilizarlo”, en directa alusión a Roberto Torretta. Este hecho, sostenía Prosegur, eximiría de responsabilidad a la empresa de seguridad según lo dispuesto en las cláusulas del contrato.
Sin embargo, para el tribunal resulta incontrovertido que la empresa de seguridad es avisada del robo telefónicamente en la mañana del día 29 de septiembre de 2019 sin que la centralita emitiese señal alguna. Así, tumba las pretensiones de Prosegur y da la razón a Allianz, la aseguradora que inicialmente llevó el asunto al juzgado.