Diez millones de Xesgalicia se cruzan en la venta de Isidro de la Cal

Xesgalicia, ICO y la Sepi se suman como grandes acreedores del grupo a Santander y Abanca, cuya deuda intenta adquirir el fondo Sherpa Capital

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No solo el Santander y Abanca han financiado a la antigua Isidro de la Cal, una empresa histórica de A Coruña que lo pasó mal durante la crisis económica y que fue reflotada por un grupo de directivos que reestructuró la compañía, la denominó Isidro 1952 y equipó una gran planta de sushi y de platos elaborados en el polígono Espíritu Santo de Cambre. También Xunta, ICO y Sepi, la dueña de Navantia, concedieron préstamos a la empresa, que está a la expectativa de lo que suceda con la oferta del fondo Sherpa Capital para hacerse con la deuda en manos de las entidades financieras.

La ofensiva de Sherpa es solo una de las interrogantes respecto al futuro de Isidro 1952, pues la propia empresa busca otros fondos de inversión que la doten de músculo financiero para atender a los vencimientos después de refinanciar su deuda en 2017. Entre los créditos refinanciados están préstamos participativos de Xesgalicia, la gestora de capital riesgo de la Xunta, por valor de 9,9 millones, según consta en las cuentas presentadas por Setmanager, la matriz del grupo que controla Pablo García-Gasco.

Hipoteca sobre las marcas y las piscifactorías

Isidro 1952 acometió en su relanzamiento una reestructuración de su deuda, que se situaba entonces cerca de los 80 millones. En este proceso, previo a la última refinanciación, la empresa no pudo atender el pago de las cuotas a Xesgalicia en 2014 y en 2015.

Además de los fondos de capital riesgo del Gobierno gallego, también el Instituto Galego de Promoción Económica (Igape) echó un capote a la empresa ejerciendo como avalista por un importe máximo de 3,2 millones durante un periodo de diez años, tras los que se procederá a la cancelación automática del aval.

Setmanager, la cabecera del grupo, pactó garantías hipotecarias ante el Igape que pesan sobre cinco piscifactorías de la compañía situadas en Samos, Santa Cecilia, Carballo, Vilasantar y Carballiño. A las piscifactorías se suma una hipoteca sobre las marcas Rías Gallegas, Sushilunch y Norte Sur.

El ICO y Sepi, otros 5,7 millones

El ICO también colaboró de manera importante en la financiación de la antigua Isidro de la Cal. A cierre de 2017, los préstamos concedidos por el Instituto de Crédito Oficial mantenían un saldo vivo de casi 4,5 millones, repartidos en un crédito de pendiente de amortizar de 4,2 millones y otro de 255.000 euros.

Entre los acreedores del grupo se encuentra también Sepides, sociedad integrada en la Sepi, que mantenía 1,2 millones pendientes de recuperar cuando se produjo la refinanciación. Finalmente, el Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial, dependiente del Ministerio de Economía, concedió otros dos préstamos a la compañía que mantenían un saldo pendiente de abonar de 746.000 euros a cierre de 2017.

En conjunto, la deuda con entidades públicas ascendía a 16,3 millones. En el proceso de refinanciación, el grupo reestructuró 72,5 millones de pasivo. De esta cuantía, 46,5 millones se los quedó la sociedad patrimonial Comercial de Cultivos Piscícolas de Galicia (antigua Isidro de la Cal Fresco), que controla parte de los activos de acuicultura. El resto, 25,9 millones, los absorbió Isidro 1952, el brazo productivo del grupo.

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