Desplome histórico de beneficios en las autopistas de A Coruña-Carballo y Puxeiros-Val Miñor

El confinamiento sentó muy mal a Itínere, la dueña de la Autopista del Atlántico, que tiene en Autoestradas de Galicia su hermana menor. La concesionaria de la Xunta que gestiona las autopistas entre A Coruña y Carballo y entre Puxeiros y Val Miñor recortó de forma muy abultada sus beneficios en 2020, con una caída muy por encima de la declarada por Autopistas del Atlántico, pese a que sufrió menos el descenso de tráficos.  

La intensidad media diaria (IMD) del conjunto de todos los tramos operativos sujetos a peaje en Autoestradas durante 2020 fue de 8.756 vehículos (11.195 vehículos en 2019), lo que ha supuesto una caída del tráfico del 21,8% respecto al mismo periodo del año anterior. El tráfico de la AP-9 cayó en un 28,1% el año pasado. 

El golpe del Covid

Esta reducción de la IMD de la autopista ha supuesto una disminución de la cifra de negocios al cierre de 2020 del 21,7% (un retroceso de 3,4 millones de euros, hasta los 12,3 millones). Y todo ha ido en cascada en Autoestradas de Galicia. El resultado de explotación (3,6 millones de euros), se reduce en 6,8 millones de euros respecto al del ejercicio anterior, lo que representa un descenso del 65,1%. 

El resultado final del ejercicio a 31 de diciembre de 2020 (2,7 millones de euros) se reduce sustancialmente, en 5 millones de euros, respecto al cierre del ejercicio anterior, lo que representa un descenso del 65,2%. Se mire por donde se mire, los beneficios de Audasa, su hermana mayor, en el año del Covid, cayeron menos. De no considerar los ingresos extraordinarios derivados de una sentencia sobre los peajes en sombra, el beneficio hubiera disminuido un 48,9%, en relación a 2019. Lo hizo, en cualquier caso, un 20,3%. Por tanto, para sufrir, Autoestradas de Galicia.