Dépor: “Sin el crédito de Abanca, el club iba a Segunda B”
Su presidente, Fernando Vidal, dice sentirse "traicionado" por el consejero Miguel Otero, que pidió tumbar el acuerdo con Abanca por dudas sobre la deuda
El Real Club Deportivo de La Coruña carga contra su consejero Miguel Otero por sus declaraciones contra el acuerdo con Abanca. El conjunto herculino acaba de difundir un comunicado suscrito por el propio presidente, Fernando Vidal, y sus otros seis consejeros en el que se asegura que las declaraciones de Otero “carecen del más mínimo rigor técnico”.
“No existe ninguna base para tales aseveraciones y no se aporta documentación alguna (…). Accionistas, socios y aficionados pueden estar tranquilos con la realidad económica del club, porque no hay otra”, recalca el club en este comunicado con el que se desmarca de las palabras de Otero, que aseguró en una entrevista a EFE que “el club tiene que afrontar mucho menos de la mitad de esos 98 millones que indicó el presidente”.
Las cuentas del club
“Las cuentas anuales están sometidas a las correspondientes auditorías independientes, anuales y puntuales, al exhaustivo control económico-financiero de la Liga de Fútbol Profesional, habiéndose practicado también una due dilligence. Todos estos análisis externos han reflejado siempre, como resultado, la delicada salud económica del club derivada de la deuda del concurso de acreedores”, asegura la directiva del club herculino, que declara que “además de claras, esas cuentas son públicas”.
Miguel Otero, que llegó a denunciar a Tino Fernández durante su etapa como presidente del Deportivo para impugnar la Asamblea en la que resultó reelegido, aseguraba que la deuda del club era menor a la reflejada en sus cuentas y proponía la venta de la “sociedad patrimonial del Deportivo que gestiona el Playa Club y que tendría el mismo impacto económico que la venta del club hasta el 2025” y evitar así la toma de control por parte de Abanca.
Situación límite por el Covid-19
Sin embargo, desde el Deportivo apuntan que la situación financiera del club sigue siendo “delicada” y que la “deuda total del Deportivo asciende exactamente a 90,6 millones de euros más intereses (otros 14,3 millones de ruros). De ella, la parte más importante, 77 millones de Euros (intereses incluidos), corresponden a préstamos a los que hay que hacer frente en los próximos doce años sin discusión de cantidades ni de vencimientos” y argumentan que “los activos patrimoniales del club no serían suficientes, ni de lejos, para hacer frente únicamente a los intereses de la deuda”.
Además, el Deportivo revela que la situación económica se ve agravada precisamente por la crisis por el Covid-19 (provocará pérdidas de entre 2,4 y 4,2 millones de euros) y que “no hay otro plan” que el de la toma de control por Abanca, que, explica, no se trata de una venta, sino de un “rescate”. La entidad, que está a la espera de que se celebre la Asamblea para capitalizar préstamos por valor de 30 millones de euros, ya abonó 5 millones de euros mediante un préstamo participativo que permitió que el club reforzase su plantilla en el mercado de invierno para abandonar el último puesto de la tabla.
“Me siento traicionado”
“De no ser por él, por ese crédito participativo de 5 millones de euros firmado a principios de 2020, el equipo estaría hoy abocado al descenso a Segunda División B y el club, por extensión, a su desaparición”, advierten, antes de hacer un llamamiento a la unión. “Nos jugamos una de las claves del futuro del Dépor, seguir militando en el fútbol profesional español. Una posibilidad de seguir vivos en el terreno de juego que a la llegada de este equipo de gobierno era casi una utopía que se consiguió revertir con la unión y el esfuerzo sin fisuras de todos, con una lealtad hacia el Deportivo que ahora se pretende quebrar sembrando dudas sin plantear certezas, ni alternativas, ni soluciones reales a los supuestos problemas”.
Además, el propio Fernando Vidal entona el mea culpa por el “error cometido al contar con el consejero Miguel Otero a pesar de las múltiples y casi unánimes advertencias, los comentarios negativos y las presiones para que no lo sumase a este grupo. Estoy profundamente decepcionado por su actitud y me siento traicionado personalmente. Creo que un consejero ha de tener unas miras bastante más altas, dejar a un lado los intereses personales y moverse solo por los del club, evitando en todo momento dañar la imagen de esta entidad a la que todos queremos”.