Denuncias, paralizaciones y ventas en el negocio minero de Sacyr
El grupo de Manuel Manrique vende dos proyectos mineros en Ourense y Badajoz mientras la falta de permisos paraliza el desarrollo de otros tres
Un terreno lleno de obstáculos se ha encontrado Sacyr desde que en 2015 irrumpió en el negocio de la minería de la mano con el fondo australiano Mcquarie Capital y compró los derechos de explotación de la mina de wolframio de San Finx, en Lousame (A Coruña), a 30 kilómetros de Santiago de Compostela. El histórico enclave, cuya tradición minera data del siglo XIX, es el único proyecto de explotación que tienen en cartera el grupo de Manuel Manrique, aunque está paralizado por la falta de la autorización de vertido.
El resto de proyectos de la división minera de Sacyr, Valoriza Minería, son de exploración en Ossa Morena (busca cobre, oro y níquel en un área de 400 kilómetros de largo entre Portugal, Extremadura y Andalucía) y Almería (cobalto, cobre y níquel), y de explotación, aunque pendiente de obtener los permisos, en Alconchel (Extremadura), para extraer hierro y cobre.
La compañía decidió desprenderse de otros dos proyectos. Traspasó el 51% de la mina de wolframio y estaño de San Juan en A Gudiña (Ourense) a un grupo foráneo antes de llegar a explotarla; y también vendió la mina de níquel de Aguablanca (Extremadura), a inversores extremeños, que ahora planifican su reapertura. Ambas operaciones se consumaron este mismo año.
Las minas gallegas
Sacyr traspasó el 51% de la mina ourensana a la sociedad LMBI Vermiigensverwaltungs GmbH, con domicilio en Berlín. Según los datos del registro, en la dirección de esta empresa estaría Roberto García Martínez, consejero delegado de Eurobattery Metals, la compañía sueca que buscaba níquel en tierras gallegas y que, según aseguraron diversos colectivos ecologistas, fue expedientada por la Xunta por realizar sondeos irregulares en Santa Comba y Coristanco (A Coruña).
Ecologistas en Acción, a través de escritos a la Consellería de Economía, a la de Medio Ambiente y a la Valedora do Pobo, ha solicitado la caducidad de la concesión minera al transcurrir más de cuatro años desde la Declaración de Impacto Ambiental y de la autorización sin que se iniciara la actividad.
Sacyr tiene un segundo proyecto en Galicia, pero paralizado. El grupo solicitó a Augas de Galicia una autorización de vertido y está a la espera de obtenerla para poder explotar San Finx. “Dado que afectaba al desarrollo de las labores de extracción, la explotación minera continúa en suspensión temporal de trabajos”, dice Valoriza Minería.
Esta explotación, muy polémica por los vertidos de metales pesados, provocó la imputación del exdirector xeral de Enerxía e Minas de la Xunta, Ángel Bernardo Tahoces, investigado por prevaricación ambiental debido a la concesión de autorizaciones para la reapertura de la mina.
Doble batalla en Extremadura
Sacyr encajó este año dos reveses a sus proyectos mineros en Extremadura. La Junta archivó la evaluación ambiental de la mina de hierro y cobre de Alconchel, el otro proyecto de explotación que tiene el grupo al margen de San Finx. La Consejería de Medio Ambiente alegó que la documentación aportada por el promotor en la fase de análisis técnico del expediente no era suficiente. Valoriza presentó un recurso de alzada.
Algo similar sucedió en Valdeflórez, donde la Dirección General de Industria, Energía y Minas de la Junta declaró incompatible el proyecto de la mina de litio con el planeamiento urbanístico. Está a solo 2,5 kilómetros de Cáceres, en la sierra de la Mosca. En este caso, Sacyr, que también alegó contra la resolución, comparte intereses con la australiana Infinity Lithium, titular del 75% del proyecto.