Deloitte detecta contratos irregulares de EiDF con una empresa vinculada a la familia del dueño
El informe forensic señala irregularidades en los contratos y las facturas entre EiDF y Albujón en la etapa en que era administrador de la empresa el hermano de Fernando Romero; EiDF enmarca las incidencias en un acuerdo firmado con Albujón en 2020 y que se amplió en 2022
EiDF ha hecho públicas las cuestiones clave del informe forensic que realizó Deloitte a la empresa después de que los problemas detectados por el auditor, PwC, provocaran el retraso en la presentación de las cuentas anuales y la suspensión de la cotización en bolsa durante, por ahora, cuatro meses. El grupo gallego señala que el análisis, encargado por la propia EiDF, se entregó el 26 de julio y que en los trabajos se manejó una «ingente» documentación, sin que hubiera límites a la consultora en sus pesquisas. La radiografía que realiza Deloitte es clave para la presentación de los números de la compañía reexpresados, que se produjo este jueves, y para la reorganización interna y directiva que ha puesto en marcha Fernando Romero.
En el transcurso de su trabajo, Deloitte no encuentra solamente partidas mal asignadas o errores de valoración, sino también posibles irregularidades que habrían contribuido al lío contable de la empresa pontevedresa, una de las grandes triunfadoras de la bolsa española en los últimos dos años, en los que se revalorizó más de un 600% en el parqué. El forensic señala, y así lo transparenta también EiDF en su comunicado al BME Growth, que hubo contratos confeccionados de manera irregular entre la compañía y una empresa vinculada al máximo accionista, Fernando Romero, y a su familia. Deloitte también pone en duda que facturas con dicha empresa se correspondan con trabajos realmente realizados.
Administrada por el hermano de Fernando Romero
Se trata de Albujón, sociedad con la que EiDF suscribió varios acuerdos, entre ellos, un pacto para que invirtiera en 28 proyectos y entrara en el capital social de las Special Purpose Vehicle (SPV) con un 25% de participación. Los SPV son los vehículos de inversión para cada proyecto y un elemento relevante en el puzle contable del grupo, ya que su consolidación en el balance empujó el fondo de maniobra a cifras negativas y obligó a la compañía con instalaciones en Barro (Pontevedra) a adoptar medidas urgentes para revertirlo, entre ellas, la venta de PPA o el waiver con Iberian Direct Lending Fund.
Albujón Solar 82 tuvo como administrador único al hermano de Fernando Romero, Óscar Romero Martínez, entre noviembre de 2017 y el 4 de octubre de 2022, periodo en el que se suscriben dos acuerdos con EiDF, uno de prestación de servicios como la identificación de oportunidades de negocio para proyectos solares, el contacto con potenciales clientes o la búsqueda y gestión de terrenos; y otro, el de 2022, para emprender proyectos conjuntos. Según los datos del Registro Mercantil, Óscar Romero tuvo cargos en más de una veintena de empresas, manteniéndose actualmente en cuatro, y está considerado uno de los ideólogos del proyecto de EiDF.
Lo que dice Deloitte
El informe forensic identifica tres contratos entre ambas empresas «que fueron confeccionados posteriormente, con el aparente objetivo de justificar la relación entre ellas, así como facturas emitidas en 2023 que podrían no corresponder con servicios efectivamente prestados por Albujón«, según explica la información remitida por EiDF al BME Growth. Además de las incidencias formales de los contratos, Deloitte también señala que las actas de las reuniones mantenidas entre la compañía gallega y Albujón «no se crearon en las fechas que figuran».
No es el único caso en el que la auditora advierte de facturas que aparentemente no se corresponden con trabajos reales. Dice también, en el apartado en el que analiza los deudores de la cotizada, que esta «habría facturado de manera anticipada por proyectos vinculados a Rooftop y a Prosol Energía Comercializadora (dos sociedades vinculadas del grupo), sin que hubiera una fecha prevista para esos proyectos», según consta en la documentación enviada por EiDF al mercado.
Lo que dice EiDF
La compañía enmarca las relaciones con la empresa administrada por el hermano de Fernando Romero en los acuerdos alcanzados en 2020 y 2022, tras el cual EiDF y Albujón «ya no solo tendrían una relación comercial, sino que participarían en proyectos conjuntos, lo que explica que el CEO haya tenido que celebrar reuniones semanales con los socios para coordinar la gestión de dichos proyectos». Esto mismo transmitió Fernando Romero a Deloitte en una reunión mantenida el 18 de julio, a pesar de lo que, «el informe Forensic considera que las actas no se crearon en las fechas que figuran y que median incidencias formales en los contratos«.
En la documentación entregada, la compañía señala también que «el análisis llevado a cabo abarca los aspectos meramente contables, económicos e informáticos sin que en ningún momento se extienda a las consecuencias legales de los mismos, que, por definición, quedan fuera de su ámbito objetivo».
El desvío contable insignificante
La compañía exalta las facilidades que ofreció al equipo de Deloitte, que «se desplazó a las oficinas de la sociedad trabajando en sus instalaciones» y tuvo «acceso directo» a sus sistemas de información, al equipo directivo y a empleados de los distintos departamentos. Por este motivo, dice EiDF, el informe destaca que “el trato recibido por parte del equipo directivo y de los empleados de la sociedad ha sido cordial y correcto en todo momento» así como que «han mantenido una actitud de colaboración activa.”.
Finalmente, el grupo gallego, que ha trasladado su sede a Madrid, reivindica que el análisis ha provocado un ajuste contable de menos de dos millones, «importe que no alcanza ni al 1% del volumen global de la facturación de la Sociedad en 2022, por lo que su impacto en las cuentas societarias resulta prácticamente nulo».