Del cine a los incendios forestales: así aprovecha Galicia el tirón de sus drones

Los drones despegan en Galicia y lo hacen de la mano de alguno de los sectores más representativos de la economía gallega. El salvamento marítimo, la vigilancia de montes o el control de viñedos son algunas de las tareas en torno a las cuales ha florecido un ecosistema de drones que en Galicia siguen teniendo a la industria audiovisual como centro gravitacional.

Y es que más de la mitad de los 343 operadores de drones que se encuentran registrados en estos momentos en Galicia tienen entre sus actividades principales la «fotografía, filmaciones y levantamientos aéreos». Es el caso de la compañía nigranesa Drongal, especializada en la elaboración de vídeos corporativos y publicitarios o documentales. También de Codetel, con sede central en Bergondo y oficinas en Lugo, Asturias o Madrid, que complementa esta línea de negocio con servicios de auditoría energética y de instalación y mantenimiento de telecomunicaciones.

Iniciativas para el sector agroforestal

Precisamente a este ámbito de mantenimiento y control de instalaciones es hacia donde se están encaminando también un número destacado de iniciativas. Una de ellas es Gophytovid, que busca optimizar la gestión de los viñedos. A través de un dron logra clasificar la vegetación de diferentes zonas para, posteriormente, diseñar otro mapa en el que fija qué cantidad de fitosanitario se necesita en cada área. De esta manera se reduce el impacto medioambiental, el riesgo para las personas y los costes económicos de estos tratamientos.

También en el sector agroforestal se enmarca la solución tecnológica Xestal. Este proyecto, promovido por las firmas gallegas Aeromedia, Cerna, Balidea y Greenalia, en colaboración con el Instituto Tecnológico de Galicia (ITG) y la Universidade de Santiago de Compostela (USC), busca optimizar la gestión de los recursos forestales. Y es que a través de aeronaves no tripuladas se realizan mediciones de masa forestal mediante las cuales se pueden detallar cuestiones como la especie de los árboles, su diámetro o altura.

Drones también por agua

Además de estas iniciativas, Galicia también alberga el proyecto de un dron que tiene como misión principal la intervención en casos de accidentes marítimos. La iniciativa corre a cargo del consorcio de Imatia Innovación, Cartogalicia e Industrias Ferri. Los marineros del buque cuentan con un smartwatch (reloj inteligente) y, en el caso de detectarse la caída al mar, el dispositivo lanza una señal que llega a una plataforma que, acto seguido, envía a un grupo de drones para realizar la intervención de rescate.

Estas tres empresas también desarrollan otro proyecto de dron marino encargado de analizar la calidad de las aguas que surque y que fue presentado el año pasado. Se trata de una iniciativa similar a la que Indra puso en marcha en colaboración con las gallegas Sixtema y Adantia para ofrecer información en tiempo real sobre los distintos parámetros del agua a través de la recogida de muestras en ríos y zonas costeras.

El avance del sector de los drones en Galicia también ha llevado a que incluso algunas entidades públicas hayan optado por inscribirse personalmente en el registro de operadores autorizados por la Agencia Española de Seguridad Aérea (AESA). Es el caso del Concello de Dodro o, por ejemplo, los Bomberos de Ferrol. Estos últimos cuentan con un dron con cámara térmica, permitiendo así la detección de los focos de calor, lo que facilita la extinción del fuego.

Sin licencia como operadores propios, desde el Concello de Sanxenxo también optaron el verano pasado por contratar un servicio de drones para controlar el aforo en las playas en tiempos del Covid-19. Se trata de una iniciativa similar a la del municipio malagueño de Mijas, que recurrió a la firma gallega Aeromedia para reforzar sus sistemas de control de cumplimiento de las medidas sanitarias.