Defensa pide cuentas a Hércules de Armamento por sus impagos
La empresa, que adeuda el canon del último año por la cesión de las instalaciones de la Fábrica de Armas de A Coruña, se expone a la retirada de la concesión por parte del ministerio
La reunión prevista para este martes entre el Ministerio de Defensa, propietario de la Fábrica de Armas de A Coruña, y la empresa Hércules de Armamento, concesionaria de las instalaciones, puede supone el principio del fin para un proyecto industrial que nunca acabó de despegar y que estuvo rodeado de polémica desde el mismo momento de su nacimiento.
El departamento que dirige en funciones el ministro Pedro Morenés ha confirmado recientemente que la empresa gestionada por el empresario Ramón Mejuto adeuda a Defensa el pago de la segunda anualidad del canon por la cesión de las instalaciones, que asciende a 250.000 euros.
Comisión de Seguimiento
Esta será una de las cuestiones que abordará la Comisión de Seguimiento, un organismo formado por tres representantes del ministerio – entre ellos un general auditor – y dos de la propia empresa, pero no la única. Sobre la mesa estará también la retirada temporal de la autorización para fabricar armas de fuego, una medida adoptada por Defensa después de que las instalaciones de Pedralonga se quedaran sin seguridad el pasado mes de noviembre.
En las dos reuniones anteriores, celebradas en junio y octubre de 2015, el ministerio certificó el cumplimiento de los acuerdos con la empresa, pero en esta ocasión lo va a tener un poco más difícil.
Las deudas crecen
Desde el último encuentro, Hércules de Armamento ha perdido la autorización para fabricar armas como consecuencia de un impago cercano al medio millón de euros a SegurIbérica, la empresa que velaba por la seguridad en las instalaciones. La medida es temporal, puesto que, de ser definitiva, supondría el rescate automático de la concesión.
Pero las deudas de la empresa que preside Ramón Mejuto no se quedan ahí. La plantilla, que en octubre ascendía a 156 trabajadores, ha ido menguando con el paso de los meses. A muchos de ellos la empresa les debe varias nóminas. Algunos optaron por rescindir sus contratos; otros, por denunciar a la empresa, y hay quien sigue acudiendo a trabajar a pesar de no cobrar, aunque ello le suponga perder dinero mes tras mes.
En este tiempo, Hércules de Armamento solo ha conseguido pequeños contratos que no le permiten hacer frente a sus gastos corrientes. Tampoco han dado con la persona que esté dispuesta a invertir su dinero en un proyecto industrial del que, por otra parte, nada se sabe, tal y como manifestaron desde el Ayuntamiento de A Coruña y de la Xunta de Galicia.
Concesión en el aire
Son muchos los incumplimientos que se pondrán este martes sobre la mesa. Algunos, como la pérdida de la autorización para fabricar armas o el impago del canon, son causas directas para la retirada de la concesión, al igual que lo son el no estar al corriente de pago con las administraciones laboral y tributaria, o no mantener durante tres años con contrato indefinido a 156 trabajadores, tal y como comprometió en el concurso de adjudicación.
Está por ver el desenlace, aunque las cosas no pintan bien para Hércules de Armamento. Defensa, como propietaria de las instalaciones, tiene la última palabra.