De Sánchez a Bea Mato: todos con Alcoa pero nadie resuelve el problema
Los trabajadores de Alcoa tienen el respaldo de prácticamente todos los partidos, pero ni Rajoy antes ni Sánchez ahora logran una solución para las plantas
La manifestación de los trabajadores de Alcoa en Madrid, tensionada por el enfrentamiento con los agentes de polícía, reunió apoyos de PP, Ciudadanos, Unidos Podemos y Foro Asturias. En Galicia, la plantilla ha recibido el respaldo de la Xunta de Alberto Núñez Feijóo y del alcalde herculino Xulio Ferreiro, de Marea Atlántica. La alcaldesa socialista de Avilés, Mariví Monteserín, también se sumó a las protestas de la plantilla, igual que la candidata del PP al Concello de A Coruña, Beatriz Mato, que viajó a Madrid para concentrarse frente al Congreso.
Los empleados viven en la paradoja de contar con la solidaridad de la mayoría del arco del Congreso mientras se precipitan hacia el 31 de junio, la fecha límite para evitar el despido del 40% de la plantilla y la drástica reducción de la actividad en las factorías con carácter definitivo, pues se desmantelarían las series de electrolisis y solo quedarían las fundiciones. Incluso el actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, prometió a los trabajadores en 2015, antes de las elecciones generales de diciembre, que acabaría con las subastas eléctricas con las que se reparten las primas de interrumpibilidad y buscaría un sistema estable para equiparar los precios de la energía a los competidores europeos. Sin embargo, su Gobierno está preparando la convocatoria de una nueva subasta.
Pedro Sánchez, en 2015, en un encuentro con los trabajadores de Alcoa
Los trabajadores de Alcoa que este jueves se manifestaron frente al Congreso llevan años con movilizaciones para pedir que se solucione el problema de los costes eléctricos de la industria. Estaban en las calles mucho antes de que la multinacional norteamericana anunciara el pasado octubre el cierre de las factorías de A Coruña y Avilés.
Mariano Rajoy capeó el problema básicamente con compensaciones a los costes indirectos por emisiones de CO2 y con las primas del servicio de interrumpibilidad, ayudas millonarias que llegaban todos los años a las arcas de Alcoa pero que, debido precisamente a esa periodicidad anual, llenaban de incertidumbre la continuidad de las plantas al año siguiente. Sin que el PP propusiera solución alguna en siete años de Gobierno de Rajoy, Alberto Núñez Feijóo reivindicó los parches de aquel Ejecutivo y culpó al PSOE de condenar a las factorías al cierre, mientras la candidata del PP en A Coruña viajó para manifestarse en Madrid.
La candidata del PP a la alcaldía de A Coruña, Beatriz Mato, en la manifestación de Madrid
En realidad, lo que hizo el equipo de Pedro Sánchez fue, por primera vez, tratar de encontrar una solución estable al problema del coste energético y equipararlo al de los competidores europeos mediante la implantación del Estatuto del Consumidor Electrointensivo. El borrador del documento, sin embargo, empeoró la situación, rebajando incluso algunas partidas, como las ayudas por CO2, respecto a las que ofrecía Rajoy. Alcoa, de hecho, advirtió que si se quedaba como está peligraba la viabilidad de la planta de Lugo, la última de aluminio primario de España.
En la movilización de Madrid estuvo también Unidos Podemos, apoyo de Sánchez en el Gobierno, que propone nacionalizar las plantas para encontrar con tiempo un comprador. El PP quiere mejorar el Estatuto del Consumidor Electrointensivo añadiendo incentivos fiscales y más rebajas a la factura eléctrica. El PSOE está centrado en encontrar un comprador para las factorías, mientras activa otra subasta de interrumpibilidad e incrementa las compensanciones por CO2.
Ana Pontón, portavoz nacional del BNG, y Goretti Sanmartín, vicepresidenta de la Diputación de A Coruña, con los trabajadores de Alcoa
Los trabajadores, por su parte, quieren una solución para la continuidad del empelo y la actividad industrial. No les faltan apoyos, sino medidas efectivas.