Crisis industrial: ¿turno para Gamesa y Reganosa?
Las alegaciones de Enagás al estudio de impacto ambiental de Reganosa y la compra de una planta lusa de palas por parte de Gamesa hacen saltar las alarmas
El fin de la actividad de las térmicas de Endesa en As Pontes y de Naturgy en Meirama, así como la situación de crisis que atraviesa la factoría de Alcoa en San Cibrán por el precio de la energía constituyen las caras más visibles de la emergencia industrial que atraviesa Galicia. No obstante, el número de compañías en problemas parece crecer y en los últimos días las alertas han saltado en As Somozas y Mugardos, castigando, de nuevo, el norte de la comunidad. El anuncio por parte de Siemens-Gamesa de la compra de una fábrica de palas eólicas en Portugal, así como las alegaciones de Enagás al trámite administrativo de evaluación ambiental que necesita la planta de gas licuado de Reganosa han disparado las alertas.
Este lunes, Siemens Gamesa anunció ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que acababa de alcanzar un acuerdo con la eólica alemana en liquidación Servion por el que adquiría una selección de activos por importe de 200 millones de euros. Entre ellos figura una planta de fabricación de palas eólicas situada en la localidad portuguesa de Vagos, muy alabada desde el sector. La propia Gamesa advertía este lunes que la factoría “es una de las competitivas de Europa”.
Una planta «muy competitiva» en Portugal
El presidente del comité de empresa de la planta coruñesa de As Somozas, Javier Fornos, advertía días atrás que la posibilidad de la compra de la planta lusa era algo que “preocupaba” a la plantilla. “Solo tenemos que mirar hacia atrás para ver las decisiones que toma la propia compañía, desde Alemania la empresa tiene su plan estratégico, sus números, y en base a eso, toma sus decisiones”, indicó.
No obstante, fuentes de Siemens Gamesa descartaban ayer que existiese un solapamiento de la actividad entre la factoría de As Somozas y la de Vagos. Desde la multinacional aseguran que la planta lusa servirá para construir aerogeneradores para el mercado asiático, lo que reducirá la dependencia de estos proveedores “mitigando su exposición a la volatilidad existente por las actuales disputas comerciales”. “La planta complementa la capacidad actual de Siemens Gamesa para satisfacer la demanda prevista en el mercado y para reducir los costes”, indican. “Con esta planta lo que tratamos es de tener independencia de la cadena de suministro de Asia, las fábricas españolas van a depender del desarrollo en España y en Europa”, explican.
Evaluación de impacto ambiental de Reganosa
Mientras tanto, en Mugardos, Reganosa vive una calma tensa. Aunque la compañía controlada por el grupo Tojeiro (y que tiene a la Xunta como segundo mayor accionista) no ha hecho declaraciones públicas por el momento, el comité de empresa de la factoría ha disparado todas las alarmas, al acusar a Enagás “de maniobrar para el cierre de la compañía”, un extremo que niegan tajantemente desde la firma de Antonio Llardén.
El comité de empresa de Reganosa carga contra Enagás por haber presentado alegaciones como parte implicada al trámite administración de evaluación ambiental que está llevando a cabo la regasificadora de Mugardos. Según denuncian los trabajadores, Enagás habría solicitado la apertura de un nuevo período de información pública así como la elaboración de estudio que tenga en cuenta la aceptación social del proyecto de Reganosa en la ría (que desde hace años cuenta con plataformas medioambientales y vecinales en contra). Los trabajadores consultados por este medio sostienen que la intención de Enagás es “retrasar” la aprobación del trámite ambiental, toda vez que la compañía “tiene una planta regasificadora hibernada en Gijón”. Concretamente, se refieren a la factoría ubicada en El Musel, que terminó de construir hace ya seis años y medio pero que se mantiene desde entonces en una suerte de limbo por una sentencia que consideraba que se había levantado de forma ilegal, al no respetar las perceptivas distancias con los núcleos de población.
Desde Enagás niegan cualquier tipo de operación que busque perjudicar a Reganosa y aseguran que esta es considerada como una infraestructura “fundamental para el sistema gasista español y para el norte de Portugal”. Desde el entorno de la compañía comentan que la participación de Enagas en alegaciones de este tipo es algo habitual teniendo en cuenta que al margen de ser, como Reganosa, una compañía de transporte de gas, desempeña el papel de gestor técnico del sistema gasista en España.
Crecimiento plano
Lo cierto es que, si bien Reganosa cierra sus ejercicios en positivo, su línea de ingresos y beneficios marca una trayectoria plana en los últimos años, algo motivado, en buena medida por las fuertes regulaciones de la actividades del mercado gasístico. La cuenta de resultados de Reganosa correspondiente a 2018 deja clara esta dinámica. La compañía presentó al cierre del 2018 unos ingresos de 56,5 millones de euros, ligeramente superiores a los del año anterior (54,4 millones en 2017), pero algo menores que en 2016, cuando había firmado otros 56,7 millones. El beneficio neto de la compañía marca una ligera caída el año pasado, hasta los 12,2 millones. Un año antes las ganancias habían sido de 13,9 millones de euros, y en 2016 de otros 14,7 millones.
Este mismo lunes el alcalde de Ferrol, el socialista Ángel Mato, mantuvo un encuentro con integrantes del comité de empresa de Reganosa, que insistieron en las alegaciones al proceso de autorización administrativa de la planta. «La obligación como representantes institucionales es defender la industria de la zona, los puestos de trabajo y estar al lado de los trabajadores», manifestó el primer edil.