Crisis del megavatio en plena venta de Alcoa: una industria gallega paga el doble que una francesa
La previsión del sector es que el precio eléctrico final para la industria electrointensiva este año sea de casi 88 euros el megavatio hora, frente a los 40,66 euros de Francia
Arrecian las críticas de la gran industria por los precios energéticos en España. Mal augurio en un momento en el que se negocia el futuro de la planta de aluminio primario de Alcoa en San Cibrao, una de las hiperconsumidoras eléctricas del Estado español. Según el barómetro de la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (Aege), a datos del 5 de julio, se estima un precio a fin de año de 87,96 euros el megavatio/hora (MWh) frente a los 40,66 de Francia y los 58,97 de Alemania. Es decir, la factura de la gran industria española es el doble de cara que la del país galo.
En Galicia, lo abultado de la factura no solo preocupa a Alcoa (o, más bien, a su futuro comprador), también a otras compañías con activos en la comunidad que desde hace años reclaman una tarifa energética regulada. Es el caso de Celsa Atlantic, con planta en A Laracha, Ferroatlántica, en A Coruña, Megasa, en Narón o Alu Ibérica, la antigua planta herculina de Alcoa ahora intervenida judicialmente en el marco de una investigación de la Audiencia Nacional por presunta descapitalización fraudulenta.
El precio de la electricidad para la gran industria escala rápidamente. El propio barómetro de Aege estimaba a finales de mayo, teniendo en cuenta los mercados a futuro y otros factores, que el precio final de la energía para la gran industria electrointensiva española rondaría los 77 euros el megavatio/hora. Ya entonces, la previsión era que España duplicase los 35,6 euros que marcaba el mismo indicador en Francia y superase holgadamente los 48,7 euros registrados en Alemania tras la escalada de precios del mercado mayorista. Esta escalada de precios se ve agravada en España por las diferentes cargas que engordan la factura final para las empresas electrointensivas y que no son amortiguadas por las compensaciones por C02.
El sector electrointensivo español mira a Francia. Asegura que en el país vecino, el 70% de la demanda de energía de las empresas electrointensivas se puede acoger a una tarifa de 42 euros/megavatio.
“Precio competitivo”
Esta misma semana, Aege realizó un foro en el que su nuevo presidente desde el pasado mayo, José Antonio Jainaga, alertó de las tarifas se encontraban “en niveles históricos”. El ejecutivo demandó un “un precio de energía competitiva” para poder acometer los procesos de transición ecológica con un marco energético estable, que garantice la continuidad de la actividad en la gran industria.
Se da la circunstancia de que Jainaga es el presidente de la siderúrgica vasca Sidenor, grupo industrial de aceros largos interesada en la aluminera de San Cibrao. Junto con el gigante Trafigura, es una de las compañías que ya ha presentado una oferta no indicativa por la factoría. Esta semana, Alcoa destacó en un comunicado sobre las negociaciones con los potenciales interesados que “todas las propuestas indican que el apoyo de las administraciones es imprescindible, en la forma de un marco competitivo de precios de energía garantizado, financiación y/o garantías”.
Al hilo del asunto, el vicepresidente económico de la Xunta, Francisco Conde, volvió a insistir este viernes en que el Gobierno debe poner en marcha medidas que regulen la factura de la gran industria electrointensiva. El pasado año, el Ministerio de Industria, con Reyes Maroto a la cabeza, sacó adelante el Estatuto del Consumidor Electrointensivo tras dos años de espera, un marco llamado precisamente a regular los precios energéticos.
Costes regulados
España es el país donde sale más cara la factura final para las electrointensivas. El precio del mercado mayorista para las empresas del territorio se sitúa en 78,62 euros el megavatio/hora (MWh), y aumenta hasta los 86,97 una vez aplicados diferentes recargos como las compensaciones por CO2 y los costes regulados. Estas últimas cargas suman en España 13,5€ por MWh, un valor mucho más elevado que Francia (0,84) y que Alemania (2,53).
Además, las compensaciones por CO2 son mucho menores a las españolas en los países galo y germano. En Francia se restan 11,5 euros por megavatio/hora a la cuenta final, mientras que en Alemania la reducción se eleva hasta los 13 euros. En España, por la contra, las compensaciones alcanzan apenas los 6,40€, contribuyendo así a que el país sea el menos competitivo del grupo con los precios más altos por la electricidad.