Crisis de Alu Ibérica: el Gobierno pide a la Xunta que se ‘moje’ de una vez
La subdelegada del Gobierno en A Coruña, María Rivas, calificó la problemática de Alu Ibérica como "una prioridad desde el primer momento" para la administración estatal
Llamada de atención entre administraciones. La subdelegada del Gobierno en A Coruña, María Rivas, ha instado a la Xunta y al resto de instituciones a implicarse para encontrar una solución para la factoría de Alu Ibérica, en la ciudad herculina.
Rivas se posicionó de esta manera en respuesta a preguntas de los medios sobre las peticiones de los trabajadores al Gobierno estatal durante un acto en la ciudad. La subdelegada dijo que sabía que la situación «no es fácil», pero que la administración central está en «permanente disposición y contacto» con el personal de la planta.
En el acto, calificó la problemática de Alu Ibérica como «una prioridad desde el primer momento» para la administración estatal, y aludió al «compromiso personal» que mostró la ministra de Industria, Reyes Maroto, que se desplazó a la ciudad en julio para formar un grupo de trabajo «para encontrar soluciones».
Aunque consideró que todas las instituciones deben implicarse, la subdelegada afirmó que «eso no quita que nosotros como Gobierno estemos dispuestos a trabajar para dar una solución a las familias afectadas», ha dicho en una nueva jornada de movilizaciones de los trabajadores ante la Delegación del Gobierno en Galicia en demanda de un futuro industrial.
SOS de la plantilla
La plantilla de Alu Ibérica exigió hace dos días a la Xunta y al Gobierno que busquen una solución para la planta coruñesa, asegurando que ambas tienen «mecanismos» para hacerlo a través de la SEPI o del IGAPE. Los trabajadores han elevado este requerimiento tras la petición de aplicación del ERTE por parte del administrador judicial, exigiendo la implicación de los ministerios de Industria, Transición Ecológica y Trabajo.
El presidente del comité de empresa de Alu Ibérica en A Coruña, Juan Carlos López Corbacho, incidió en que los trabajadores están hartos de la «gimnasia de hombros de todo el mundo», y reclamó que «las administraciones, estatal, autonómica y el ayuntamiento, hagan un esfuerzo para sacar la planta adelante».