Crece la guerra política por los embalses de Iberdrola y Naturgy: “La Xunta tardó 70 días en actuar”
La Confederación del Miño-Sil acusa a la Xunta de manipular la realidad e insiste en que no tiene “competencia” para evitar la bajada del nivel del agua “a menos que afecten a las normas de explotación de los embalses”, algo que no se habría producido
El episodio de vaciado de embalses en Galicia ha derivado en una guerra abierta entre la Xunta de Galicia y el Gobierno central a través de su organismo dependiente, la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil (CHMS). Si la semana pasada, tanto el propio presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, como el PP llegaron a hablar de una supuesta connivencia entre hidroeléctricas como Iberdrola y Naturgy y este organismo autónomo para llevar a cabo la drástica reducción de caudal acometida en cuatro presas de la comunidad, este lunes, la entidad dependiente del Ministerio de Transición Ecológica acusa a la administración autonómica de manipulación y de no asumir sus competencias, tardando “70 días” en actuar.
Asegura que, con sus competencias, poco podía hacer el organismo que gestiona la cuenca del Miño Sil para parar los desembalses. Sí la Xunta de Galicia que, asegura, no lo hizo. En un comunicado, la confederación asegura que se ve en la necesidad de responder “al cúmulo de despropósitos y afirmaciones incorrectas sobre la baja de nivel en cuatro embalses” que habría llevado a cabo el Gobierno autonómico, “tratando de trasladar las responsabilidades por el impacto medioambiental a la confederación, olvidándose de que todo es demostrable con correos electrónicos, con leyes y regulaciones”.
“Pasaron 70 días sin hacer nada”
Asegura el organismo presidido por el socialista José Antonio Quiroga que la Xunta ha cambiado su criterio varias veces en las últimas semanas. “Primero nadie los había avisado de los desembalses, postura que cambió cuando aparecieron en prensa las notificaciones de la concesionaria. Después, dicen que su tuviesen las competencias no permitirían estas bajadas de nivel y, finalmente, aluden a una supuesta connivencia entre la confederación y las concesionarias”, asegura.
La CHMS asegura que la Xunta tuvo conocimiento, por parte de la propia Iberdrola, del anunció de bajada de nivel de los embalses de Cenza y de Portas los días 10 de junio y 12 de julio. “A pesar de que la Consellería de Medio Ambiente tuvo conocimiento del vaciado a partir de junio, no comenzó a visitar los embalses hasta el 20 de agosto, como consta en los expedientes sancionadores incoadas por la administración autonómica a este organismo de bacía”, apunta.
“Hay que indicar que la protección del medio ambiente por la administración competente no precisa de comunicación ni denuncia para actuar de oficio, si la situación tiene un impacto medioambiental, pero la Xunta dejó pasar más de 70 días sin hacer nada y no actuaron hasta el 3 de septiembre, abriendo expedientes sancionadores tanto a las concesionarias como a la CHMS”, expone el organismo de José Antonio Quiroga.
¿Quién tiene competencias?
Lo cierto es que, a lo largo de las últimas semanas, tanto la Xunta como la propia confederación han manifestado que sus competencias a la hora de poder parar el vaciado de embalses que se llevó a cabo son escasas. “La confederación no tiene competencia ninguna para evitar la bajada de nivel de agua embalsada a menos que afecten a las normas de explotación de los embalses. En este sentido, tiene abiertos expedientes informativos desde agosto en todas las presas con niveles bajos y hasta el día de hoy no detectó incumplimiento de las normas de concesión y explotación de las citadas presas”, comenta.
En cuanto a la posibilidad de intervención atendiendo al artículo 55 de la Ley de Aguas, tal y como apunta la Xunta, el organismo autónomo indica que la citada normativa “solo posibilita la intervención si las aguas embalsas tienen otros usos como el abastecimiento humano, que tiene prioridad sobre todos los demás usos. En el caso de los embalses con bajada de nivel no se da esa circunstancia, pues solo son de uso hidrológico”, indica.
“Utilizar el agua y el medio ambiente como arma de confrontació política es muy grave, no asumiendo las competencias en medio ambiente que le fueron transferidas en su día y dando lugar a una imagen de que lo único que le importa a la Xunta es hacer ruido y enlamar”, asegura Quiroga.