Copasa gana 10 millones en 2019 y admite obras paradas por el Covid-19
El grupo ourensano, con una cartera de 1.847 millones en obras, no se atreve a cuantificar el impacto del coronavirus pero admite paralizaciones de obras
La constructora ourensana Copasa cerró un año de crecimiento antes de toparse con el coronavirus. El grupo que preside José Luis Suárez logró unos ingresos de 314,1 millones, superior a los 302,2 millones del ejercicio 2018, y elevó notablemente la rentabilidad. El ebitda creció un 21%, hasta situarse en los 43,14 millones, mientras que el margen de ebitda aumentó dos décimas, hasta el 13,73% sobre la cifra de negocio.
Aunque España sigue teniendo un peso muy significativo en el negocio de Copasa, pues aportó el año pasado 187,7 millones en ingresos, el salto internacional de la compañía está siendo clave para mejorar los resultados. Latinoamérica sigue siendo la plaza exterior de referencia, aportando más de 70 millones al grupo y con perspectivas de mantener su peso, pues Copasa cerró dos contratos importantes en México y Colombia. El primero para la corrección de 56 kilómetros de vías y la conexión del puerto de Salina Cruz; y el segundo para la construcción del nuevo hospital Santa Clara, en el Complejo Hospitalario San Juan de Dios.
La entrada en el mercado norteamericano también sirvió a Copasa para arañar 3,5 millones, mientras que el AVE a la Meca aportó el año pasado 51 millones, convirtiendo a Arabia en su primer mercado internacional. Hay que tener en cuenta que la construcción, sin contar otros negocios como las concesiones o la gestión de residuos, supone el 75% de los ingresos del grupo y que la mitad los obtiene en mercados internacionales.
Según la memoria de ejercicio presentada en el MARF, la cartera de pedidos de Copasa alcanza los 1.874 millones, de los que 984 millones son en España y el resto en contratación internacional.
RESULTADOS COPASA
Patrimonio neto: 130,6 millones
Deuda bruta: 317,8 millones
Cifra de negocio: 314,1 millones (303,2 millones en 2018)
Resultado de explotación: 33,7 (25,6 millones en 2018)
Beneficio: 9,7 millones (8,7 millones en 2018)
Cartera de pedidos: 1.874 millones (1.913 millones en 2018)
Gastos de personal: 47,7 millones
Plantilla: 1.380 trabajadores
Obras paralizadas
Esta era la fotografía de Copasa antes de que el coronavirus irrumpiera en la vida de todos. La constructora no se pronuncia sobre el posible impacto que tendrá la pandemia en su cuenta de resultados, pues entiende que actualmente “no es factible hacer una estimación fiable”.
En todo caso, sí que reconoce que en la división de construcción, el negocio central del grupo, se han paralizado obras. Las obvias son las españolas tras la declaración del estado de alarma, al no estar consideradas una actividad fundamental, pero también en Latinoamérica, donde “el impacto es progresivo” y los parones “los van decidiendo los clientes puntualmente”. “Esas paralizaciones podrían tener un cierto impacto en el circulante”, dice la compañía gallega.
Además, añade que la actividad en Arabia “se ha visto suspendida de forma parcial recientemente”.
Las compensaciones del Gobierno, en el punto de mira
En cuanto al negocio de las concesiones, el grupo no espera un impacto significativo. Recuerda que tiene derecho a reclamar el reequilibrio económico a cuenta de las compensaciones del Estado habilitadas en el Real Decreto 8/2020. La normativa especifica que los contratos públicos de concesión “darán derecho al concesionario al restablecimiento del equilibrio económico” tras el impacto del Covid-10, que puede consistir en “la ampliación de su duración inicial hasta un máximo de un 15% o mediante la modificación de las cláusulas de contenido económico incluidas en el contrato”.
En cuanto a los servicios, la tercera área de negocio de la compañía, se mantiene la actividad en las depuradoras y en el mantenimiento de carreteras, así como en la gestión de áreas de servicio. La única actividad suspendida en esta división es la restauración, pero tiene un peso insignificante en el balance del grupo.
Copasa manifiesta que ha implantado el teletrabajo en todas las áreas corporativas, quedando una presencia “residual” en las sedes y oficinas de la compañía.