Caso Fuenlabrada-Dépor: así se salta Tebas el código ético de La Liga
Javier Tebas, cuyo hijo es asesor jurídico del Fuenlabrada, tropieza con la normativa de la Liga, que le obliga a abstenerse de decisiones con familiares
Javier Tebas se ha involucrado de lleno en el Caso Fuenlabrada. El presidente de la Liga de Fútbol Profesional (LFP) tomó la polémica decisión, junto a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y el Consejo Superior de Deportes (CSD), de suspender el Deportivo-Fuenlabrada, ha asumido toda la responsabilidad del viaje del club madrileño a A Coruña a pesar de conocer los cuatro positivos detectados los dos días antes y se ha enfrentado a la propia Xunta de Galicia por su decisión de abrir un procedimiento sancionador tanto al club como a la patronal del fútbol español.
El presidente de la LFP se ve envuelto en la mayor crisis vivida durante sus siete años al frente de la LFP tras su gestión en un caso en el que también está involucrado su hijo, Javier Tebas Llanas, secretario del consejo de administración del Fuenlabrada, lo que origina un tropiezo con el Código Ético que la propia Liga diseñó a finales del año 2019.
¿Qué dice el Código Ético?
Y es que el Código Ético de la Liga de Fútbol Profesional estipula que “han de evitarse situaciones en las que pudiera producirse un potencial conflicto de interés, debiendo actuar siempre, en el cumplimiento de sus responsabilidades, con lealtad, honestidad y defensa de los intereses de la Organización La Liga». Además, recoge como indicación que sus miembros deben abstenerse «de primar sus intereses personales a expensas de los de la Organización LaLiga y de intervenir o influir, directa o indirectamente, en la toma de decisiones afectadas por el potencial conflicto de interés”.
El Código Ético de la Liga entiende que tienen la consideración de personas vinculadas sus cónyuges, «los ascendientes, descendientes o hermanos del profesional o de su cónyuge o persona con análoga relación de afectividad», así como los propios «cónyuges de los ascendientes, descendientes o hermanos del profesional».
Por tanto, dentro de estas categorías se encontraría Javier Tebas Llanas, que está ejerciendo la defensa del Fuenlabrada en este caso como ya lo hizo en 2018 en su tentativa por descender administrativamente al Deportivo para borrar al Fabril del playoff de ascenso a Segunda División y allanar el camino al Fuenlabrada. El movimiento iba encaminado a solicitar que la LFP expediese un certificado en el que hiciese efectiva la bajada de categoría e imposibilitase que el Fabril pudiese disputar la promoción de ascenso, tal y como denunció Tino Fernández. Ya por aquel entonces el expresidente del Deportivo alertó de un posible «conflicto de intereses», aunque Tebas posteriormente le aseguró que ya no tenía «nada que ver» con su bufete, «que lo lleva su hijo», pese a que en el contrato revelado por Eldiario.es por valor de 130.000 euros por «asesoría legal» al conjunto madrileño firmado en 2018 para un periodo de dos años constaba que «el equipo al frente de los servicios descritos estará dirigido por el socio fundador del estudio, Javier Tebas Medrano».
«Debía abstenerse»
Por aquel entonces el Fuenlabrada todavía militaba en Segunda División B, categoría fuera del radar de la LFP, que controla Primera y Segunda División, generando una menor polémica respecto a ahora. Y es que hasta el propio Tebas ha movido ficha y ha asegurado ue se abstendría de tomar cualquier tipo de decisión sobre el llamado Caso Fuenlabrada. El presidente de la LFP tomó la decisión un día después de suspender el encuentro entre el Dépor y el Fuenlabrada. Este es precisamente uno de los puntos del escrito que el Deportivo ha dirigido al Juez de Disciplina Social de LaLiga, Manuel Rivero González, del que solicita su recusación, en el que indica que Javier Tebas «debía abstenerse de ejercitar cualquier tipo de acción o de decisión ante el Fuenlabrada al ostentar el hijo de este, Javier Tebas Llanas, el cargo de asesor jurídico y secretario no consejero del referido club».
Según el conjunto herculino, este conflicto de intereses alrededor de los Tebas debería haber forzado al presidente de la Liga a delegar la gestión de la crisis por el Fuenlabrada al vicepresidente primero de LaLiga, Miguel Ángel Gil Marín, que debería haber sido el encargado de tomar la decisión del vuelo a A Coruña y la suspensión del encuentro con el Deportivo.
Sin embargo, esto no se produjo y Tebas decidió llevar inicialmente las riendas de un caso en el que, si la Liga admite el conflicto de intereses, podría llevar a su presidente a enfrentarse a una sanción. «Cualquier incumplimiento del Código Ético, de cualquier otra normativa interna o de las disposiciones legales aplicables, podrá ser considerado como un incumplimiento laboral susceptible de ser sancionado conforme al régimen sancionador que resulte de aplicación», recoge el Código Ético de la LFP, cuya última versión incluye un matiz clave. Y es que el Informe Anual de Gobierno Corporativo establece los mismos supuestos para considerar un caso como de conflicto de interés, pero elimina el párrafo en el que se indicaba que la persona afectada por esta situación «informará de inmediato a los demás miembros de la Comisión y se abstendrá en todo caso de participar en la discusión y decisión del asunto que genera la situación de conflicto de interés».