Carlos Ghosn: la caída del rey del motor en Nissan (y en Alcoa)

El expresidente de Nissan, en prisión por fraude fiscal, fue uno de los fichajes estrella de Alcoa para el desarrollo de su negocio de automoción

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De la noche a la mañana, Carlos Ghosn pasó de capitán general de la poderosa alianza entre Renault y Nissan, a reo en una cárcel de Tokio acusado de ocultar al fisco 5.000 millones de yenes (38,9 millones de euros) que habría percibido entre 2011 y 2014.

El hasta hace nada prestigioso ejecutivo franco-brasileño, que en 2013 visitaba el Palacio de la Zarzuela para departir con el rey emérito sobre los planes de Renault y Nissan en España, fue también uno de los fichajes estrella de Alcoa, donde ejerció como consejero durante nueve años.

La incorporación al consejo de la multinacional del aluminio, ahora en el ojo del huracán en España por los cierres de las plantas de A Coruña y Avilés, se produjo en 2002, dos años después de que Ghosn se convirtiera en el presidente de Nissan, cargo del que acaba de ser destituido.

De Ghosn a la segregación

La compañía norteamericana justificó el fichaje no solo por las dotes de dirección de Ghosn, que, tras su paso por Michelín, había conseguido devolver a Renault a la rentabilidad, sino porque estaba en pleno desarrollo de su negocio ligado a la fabricación de componentes para la automoción.

Esa división de alto valor añadido de Alcoa forma parte a día de hoy de Arconic, el grupo surgido de la segregación ejecutada por la compañía en 2016 y que tiene como grandes baluartes la automoción y la industria aeroespacial. El negocio de aluminio primario se quedó en Alcoa Corporation, el grupo propietario de las plantas españolas.

“Aportará al consejo de administración de Alcoa su gran conocimiento sobre le mundo del automóvil, que es uno de los principales segmentos de negocio del grupo”, explicaba la compañía en la incorporación de Ghosn. La vinculación duró hasta 2011, cuando el expresidente de Nissan dejó su asiento en el consejo de la multinacional debido, explicaba Alcoa, a la falta de tiempo para ejercer su función por un exceso de trabajo.

El ‘caso Ghosn’ y su jubilación dorada

La investigación sobre el directivo se centra en las presuntas compensaciones en diferido que pactó el arrestado y que ingresaría una vez dejada su actividad en la firma automovilística. Bloomberg, que cita a fuentes conocedoras de la investigación que rechazaron desvelar sus nombres, cifra en 61 millones de euros los fondos acumulados por Ghosn en base a este plan de retribuciones comprometidas por Nissan desde 2009. Fue ese año cuando Japón comenzó a exigir que se hiciera público el salario de los altos directivos.

Según la cadena pública NHK, el expresidente de Nissan reconoció que existía un documento con las compensaciones que percibiría al dejar la empresa, pero que nunca llegó a firmarlo. Otro de los directivos de la compañía también detenido, Greg Kelly, habría ideado el sistema para no declarar al fisco las sumas de dinero que percibiría Ghosn en diferido. Los directivos consideran que este sistema es legal, pero la fiscalía lo interpreta como un fraude, pues afirma que la ley obligaba a Ghosn a declararlo.

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