Cara y cruz de los negocios de Rodríguez Cebrián durante el Covid: de las sicavs al ocio nocturno
Marlolan, propiedad de la sobrina de Amancio Ortega y su esposo, mantuvo beneficios el año del Covid, aunque, Saona, sociedad de la que cuelgan las distintas inversiones hosteleras del empresario coruñés elevó sus pérdidas hasta los 4,3 millones
De las sicavs a las inversiones hosteleras, los negocios de Juan Carlos Rodríguez Cebrián han tenido una evolución desigual el año del Covid. Así lo evidencian los resultados anuales de dos de sus principales sociedades de inversión: Marlolan y Saona. La primera ha sido capaz de esquivar las pérdidas, a pesar de la caída de beneficios registrada el ejercicio de la pandemia. La segunda, sin embargo, ha disparado sus números rojos.
Marlolan es una de las sociedades de inversión de cabecera del matrimonio formado por Dolores Ortega, sobrina de Amancio Ortega, y el conocido empresario coruñés, que en tiempos llegó a ser director general de Inditex. La presidencia de la compañía la ostenta Primitiva Renedo, madre de la empresaria y viuda de Antonio, hermano del fundador de Zara.
Las sicavs salvan el año
Las cuentas de Marlolan (con un patrimonio de 170 millones) reflejan el golpe de la pandemia, si bien la sociedad logró cerrar el ejercicio en beneficios. De los 4,9 millones que registró a finales de 2019 pasa a 2,1 millones de euros. Aunque el resultado cayó más de un 50% (los ingresos financieros de la firma pasaron de 8,8 millones a 259.000 euros), la sociedad de inversión continúa en negro, algo que no es un mal indicador, teniendo en cuenta que fue en el ejercicio 2018 cuando regresó a la senda de los beneficios. Logró entonces unas ganancias de 7 millones de euros tras dejar atrás años de quebrantos y pérdidas, originadas por inversiones fallidas en proyectos inmobiliarios como Martinsa-Fadesa o Hábitat
De Marlolan, en la que Rodríguez Cebrián ocupa el puesto de vocal del consejo de administración, cuelgan distintas sociedades de inversión de capital variable del grupo, sus sicavs, que lograron salvar el año del Covid. Según los datos registrados en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Silleiro de Inversiones acabó el ejercicio 2020 con unos beneficios de más de 791.000 euros, frente a los 2,5 millones acuñados en 2019. Las ganancias de Vivero de Inversión rozarían el millón de euros. Con esta sociedad, los ejecutivos también mantienen participaciones en grupos inmobiliarios como Altramud y Valoria Inmuebles, así como en Álvarez Conchado o Sociedad Anónima Internacional de Terrenos y Edificios. Con una participación directa del 100% y domiciliada en el Cantón Pequeño de A Coruña, fue una de las filiales del grupo que mejor se comportó al finalizar el año con un resultado de más de 972.000 euros, frente a las ganancias de 1,5 millones de 2019. A través de la misma controla la concesión del mercado más rentable de A Coruña: el de la Plaza de Lugo.
De Marlolan también cuelga Hotel Peregrino SLU, sociedad que se anotó unas pérdidas de 26.000 euros el año del estallido de la pandemia.
Impacto del Covid en la hostelería
Rodríguez Cebrián canaliza, no obstante, otros de sus proyectos (más pequeños en cuanto a envergadura) a través de Inversiones Saona, en donde figura como administrador único. Esta sociedad aglutina la mayoría de sus negocios en el sector de la hostelería y servicios. Es por tanto uno de los vehículos de inversión que más ha notado el impacto de las restricciones ligadas a la pandemia. Con un patrimonio que se rebajó hasta 1,2 millones de euros, Saona pasó de unos números rojos de 537.000 euros en 2019 a pérdidas de 4,3 millones de euros.
En la memoria de actividades que acompaña al balance de resultados presentado ante el Registro Mercantil se refleja que la mayoría de las sociedades participadas por Saona cerraron el ejercicio en números rojos. Así lo indica la sociedad, que hace un repaso en base a “los respectivos balances de situación a 31 de diciembre de 2020”. Con una participación del 60%, Saona indica que la sociedad El Pelícano Galicia, que explota una famosa discoteca coruñesa, registró unas pérdidas de 492.000 euros. También habrían cerrado el año en rojo sociedades hosteleras y de restauración como Dux Coruna SL, Amura Puerto o La Marina de Pura. Las pérdidas más abultadas, no obstante, proceden de la inmobiliaria Dricar de Inversiones.