Cara y cruz de los negocios de Manuel Rodríguez: Metalships encadena pérdidas y Rodman vuelve a beneficios
El astillero vigués, al que volvieron a colgar el cartel de se vende en 2022, cerró el año con un negativo de 2,2 millones mientras Rodman esquiva los números rojos y dispara su cartera de pedidos
Dos históricos negocios del naval de la ría de Vigo, el mismo propietario y distintas suertes. Se trata de Rodman Polyships y Metalships, ambas en manos del empresario Manuel Rodríguez. El desempeño de las compañías durante el pasado año fue desigual. La primera abandonó los números rojos en 2022, un ejercicio en el que disparó su cartera de pedidos, indicando sus administradores que su futuro es “prometedor”. La segunda acabó, de nuevo, en pérdidas y con una inyección de su administrador único debido a que presentaba un fondo de maniobra negativo.
Así lo revelan las memorias anuales de ambas empresas, recientemente depositadas ante el Registro Mercantil y consultadas por Economía Digital Galicia. La cuenta de resultados de Metalships indica que la compañía dedicada a la construcción de buques de acero acabó el año del estallido de la inflación en números rojos. La firma se anotó unas pérdidas netas de 2,2 millones de euros, menores, en todo caso, a los números rojos de 4,5 millones de euros de 2021. Hay que tener en cuenta que a finales del pasado año volvió a saltar a los medios la posibilidad de una venta del negocio. Según se publicó, el propietario de Metalships habría recibido varias cartas de intenciones de potenciales interesados entre los que se encontrarían Blue Parrot y Gondán.
Apoyo de su propietario
Las cuentas de Metalships no solo evidencian que cerró 2022 en pérdidas: además a finales del pasado diciembre presentaba un fondo de maniobra negativo, al ser su pasivo corriente superior al activo corriente en algo más de un millón de euros. En todo caso, sus auditores destacan que “los administradores de la sociedad indican que no prevén dificultades para atender a las deudas a su vencimiento ni para solventar la situación de desequilibrio patrimonial ya que cuentan con una línea de crédito con garantía hipotecaria (sobre el dique flotante de sus instalaciones) de su accionista único que, además, está implementando un nuevo plan estratégico que permitirá a la sociedad continuar con sus operaciones con normalidad”. La situación derivó en que el patrimonio neto de Metalships se redujese en 2022 de los 6,7 a los 4,5 millones de euros.
El principal problema del astillero radica en la caída de su cifra de negocio, que pasó en un año de 14,3 a 8,6 millones de euros. Los administradores de Metalships indican en la memoria que acompaña su balance que durante el pasado año “se continuaron desarrollando las dos líneas de negocio diferenciadas que tiene la sociedad; la de nuevas construcciones y reparaciones”. “La división de nueva construcción se mantiene muy activa comercialmente con un gran número de ofertas realizadas. Lamentablemente, no se ha conseguido ningún contrato de nueva construcción, pero se considera que alguno de ellos podrá firmarse durante 2023 dado el grado de maduración de las negociaciones”, exponían en el momento en el que formularon las cuentas de 2022. Explican que esta área de negocio “sigue lastrada por el encarecimiento del mercado financiero y el alto coste de consecución de avales”.
Más tiempo para devolver los ICO
La división de reparaciones, por otro lado, consiguió “un volumen de facturación aceptable y se ha potenciado el mercado de las grandes conversiones y reparaciones con el objetivo de crecer un 15% en la facturación anual”. “El objetivo es ambicioso, aunque se considera realista considerando las solicitudes de ofertas recibidas durante el segundo semestre del año”, añaden.
Al margen del apoyo de su propietario, Metalships recibió dos créditos durante la pandemia con avales ICO por valor de cuatro millones de euros, uno de 500.000 euros y otro de 3,5 millones. Ambos, con un año de carencia, vencían en 2023 y 2025 respectivamente. No obstante, la compañía logró ampliar en 2021 un año el periodo de carencia para, posteriormente, en 2022 conseguir prorrogar el vencimiento inicial del préstamo de mayor tamaño hasta 2027.
Rodman
La situación de Rodman Polyships es muy distinta. Con unos activos de 14,8 millones de euros y un patrimonio neto de 6,7 millones, la cifra de negocio se estiró en 2022 de 13,2 a 16,4 millones de euros. Los de Manuel Rodríguez, aquí sí, fueron capaces de darle la vuelta al calcetín, de forma que de unas pérdidas de 1,3 millones de euros pasaron a un positivo de poco más de 30.000 euros que, en cualquier caso, aleja a la compañía de los números rojos.
En la memoria anual de la misma, sus administradores explican que el ebitda (beneficio antes de intereses, tasas, amortizaciones y depreciaciones) alcanzó los 700.000 euros, frente al negativo de medio millón de euros de 2021. “A pesar de esto, durante los últimos tres ejercicios, nuestro ebitda acumulado fue de 1,3 millones de euros, lo que indica una mejora en nuestra rentabilidad operativa y capacidad para sobreponerse a situaciones adversas”, indican.
«Panorama prometedor»
Rodman indica que su cartera de pedidos de la división de náutica profesional está creciendo de forma notable. Este segmento de negocio acumuló ventas de 9,3 millones de euros en 2022. Así, explica que a finales del año pasado, su cartera de encargos ascendía a 41,7 millones de euros frente a los 12,7 millones de 2021.
“Este incremento se ha sustentado principalmente en el segmento de embarcaciones de vigilancia costera y catamaranes de la división de Náutica Profesional, cuya cartera de pedidos ha alcanzado los 38,9 millones de euros. Mirando hacia el futuro, nos enfrentamos a un panorama prometedor”, apuntan.
Hay que recordar que en enero de este año el Ministerio de Hacienda adjudicó también a Rodman un contrato para la construcción de ocho patrulleras interceptadoras por un importe de 13,7 millones.