Cándido Hermida se confiesa: “No sé lo que sería de mí sin Inditex”

El 'carpintero' de Amancio Ortega comparte sus recetas del éxito al frente de una firma que ha crecido a la par de Inditex y que ya emplea a 600 personas

Cándido Hermida, en una imagen de archivo

Cándido Hermida, en una imagen de archivo

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“Esfuerzo, creer en lo que uno está haciendo y diseñar una estrategia a seguir”. Estos son los tres ingredientes del éxito de Cándido Hermida. El del empresario nacido en San Sadurniño es un retrato de un hombre hecho a sí mismo, capaz de crear de la nada una compañía que actualmente rebasa los 600 empleados y que al igual que el Grupo Caamaño, Maderas Lamelas o Trison ha logrado brillar con luz propia pese a la alargada sombra que proyecta el grupo Inditex.

La compañía fundada por Amancio Ortega ha sido la clave para que Cándido Hermida haya pasado de contar con un pequeño taller de ebanistería a convertirse en el carpintero de referencia en el que se ha apoyado el grupo Inditex durante la expansión de su red de tiendas por medio mundo. El empresario desvela en una entrevista con el Clúster da Madeira sus humildes orígenes, su filosofía de trabajo y la historia de un emprendimiento que no vino sino marcado por la necesidad del momento.

De labrego a aprendiz de un ebanista ferrolano

“Desde niño sabía que tenía que lucharme yo la vida, que nadie me iba a ayudar”, revela Cándido Hermida. Su incursión en el mercado laboral se produjo cuando apenas tenía 14 años. Fue entonces cuando comenzó a trabajar como aprendiz para un ebanista de Ferrol, pero solo los días en los que necesitaba refugiarse de la lluvia.

Cuando llovía y no podía trabajar la tierra iba a un ebanista que hacía muebles para aprender el oficio. Tenía la vocación de este oficio”, rememora Hermida. De aprendiz en el taller pasó a oficial de primera y de ahí, a encargado. Sin embargo, la crisis económica de comienzos de los 80 cortó en seco su carrera de ascensos. La empresa en la que trabajaba se vio obligada a echar el cierre y Cándido Hermida escogió otra alternativa a enviar currículums: montar su propio negocio.

Un gigante nacido por necesidad

“Empecé siendo empresario con 45 años”, recuerda Hermida, que no pasó ni un mes en el paro hasta poner en marcha la compañía. Inició su actividad con cuatro trabajadores y centrado en la fabricación artesanal de muebles clásicos y poco a poco fue ganando volumen hasta llegar a 1991 con casi una treintena de trabajadores en plantilla que surtía a toda la comarca de Ferrol. Fue entonces cuando una llamada de Zara lo cambió todo.

El grupo fundado por Amancio Ortega contactó con Cándido Hermida para fichar a la compañía naronesa como proveedora de muebles para el interior de su red de tiendas. El fabricante de muebles debía salir al paso del primer pedido de Inditex, que lo necesitaba y en plena Semana Santa, lo que obligó a que todo el personal de la compañía multiplicase sus esfuerzos. “Había un equipo humano muy bueno y quería darles cancha. Lo que hicimos fue una reunión con ellos. Les dije, tenemos esta oportunidad, pero tenéis que hacer equipo y seguir trabajando con mucha ilusión”.

Tras unas semanas de trabajo frenético, Cándido Hermida superó con nota el examen de Inditex, iniciando una etapa dorada en la compañía naronesa, que pasó de dominar el mercado local a dejar su huella en la red internacional de tiendas de Inditex. “Fue el motor que me hizo crecer”, asegura Cándido Hermida, que reconoce que Inditex llegó a “absorberle al 99%”.

Planes de futuro de Cándido Hermida

Con su facturación rondando los 60 millones de euros anuales y con una cartera de clientes cada vez más nutrida (Carolina Herrera, Purificación García, Michael Kors, yates de lujo), Cándido Hermida se ha zambullido de lleno en la industria 4.0. “Antes se hacía todo manual y ahora se hace a través de maquinaria de control numérico. Es mucho más fácil, aunque el oficio no se perdió”, comenta Hermida al Clúster da Madeira.

A sus 80 años, Cándido Hermida no se despega de la gestión de una compañía que “tiene la base” y que prevé que mantenga su expansión incluso en el momento en el que decida dar un paso al lado y dar relevo a sus hijos (dos trabajan en la compañía). “La empresa está bien organizada y tiene muy buenos profesionales. Se me cae la baba de ver cómo nuestros trabajadores se entusiasman, del interés que ponen en hacer las cosas bien, en ganar clientes” valora Hermida.

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