Cándido Hermida, Malasa, Caamaño… Crisis en las proveedoras de Zara

El cierre de las tiendas de Inditex y las grandes del sector a causa del Covid impacta en históricas proveedoras gallegas como Malasa o Cándido Hermida

Kimak, filial coruñesa de Kider, antiguo negocio de Caamaño

El antiguo grupo Caamaño participó en la reforma de una de las tiendas estrella de Zara en Roma. Foto de archivo: EFE

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

Inditex, la multinacional textil de Amancio Ortega, presenta los resultados de su primer trimestre anual este miércoles. Los analistas prevén que, por primera vez en su historia, arroje pérdidas debido al impacto de la crisis el Covid-19 que, solo a mediados de marzo, hizo que tuviese que cerrar más de la mitad de sus tiendas en todo el mundo. A contracorriente de la gran mayoría de firmas del sector, la compañía decidió asumir con recursos propios los sueldos de toda su plantilla en España, que a cierre del año pasado era de 48.687 personas, sin recurrir a los ERTE de causa de fuerza mayor habilitados por el Gobierno. No obstante, la situación no es la misma en sus grandes proveedoras gallegas que, dependientes en gran medida del negocio que generan sus tiendas, se han acogido, en su mayoría, a expedientes de empleo temporales. Caamaño, Malasa y Cándido Hermida son los principales exponentes de esta situación. No obstante, los procesos de las compañías no han discurren de la misma manera.

Con sede en A Coruña, grupo Caamaño, la empresa de montaje de estructuras cuya mayoría accionarial está desde el año pasado en manos del conglomerado vasco Kider, activó el pasado 18 de marzo un primer ajuste de empleo, en este caso acogiéndose a la nueva categoría de ERTE de “causa de fuerza mayor”. Posteriormente, y teniendo en cuenta que la recuperación del mercado no será inmediata, negoció con los sindicatos un segundo expediente de regulación de empleo temporal que se activará una vez se salga del estado de alarma.

Caamaño: acuerdo con los sindicatos

Conformado por distintas sociedades (Hydracorte, Caamaño Sistemas Metálicos, Metalvedro, Neograf, Metales y Muebles Especiales y Syca), los últimos datos conocidos del grupo cifraban en 700 el número de trabajadores directos en Culleredo, a los que se suman otros 1.750 indirectos.

Fuentes del sindicato CIG opinan que de todos los procesos de regulación de empleo activados por las auxiliares de Inditex relacionadas con el montaje de tiendas, el de Caamaño ha sido el más beneficioso para la plantilla. «Dentro de todo lo que implica poner en marcha un ERTE, la negociación con este grupo ha sido la más sencilla como prueba el hecho de que se llegó a acuerdo durante el proceso de negociación«, explican.

Malasa y sus auxiliares

Y es que las aguas no están tan calmas en Malasa, grupo con sede en Cerceda fundado por la familia Pérez Patiño y en cuyo capital entró en 2018 el fondo GPF Capital. Desde la CIG también indican que en los últimas semanas, y relacionado directamente con la crisis del Covid-19, la compañía activó expedientes de regulación temporal de empleo en las principales sociedades del grupo. «Estos ERTE, sin embargo, no fueron de causa mayor, sino por causas productivas», apunta la central sindical, que hace unos días, además, denunció que dos de sus principales empresas auxiliares están «al borde del desmantelamiento».

Se trataría, y siempre según la denuncia del sindicato, de Carpintería y Barnizado Real (CBR) y Montajes Nobre, dos firmas que pertenecen al empresario portugués Américo José Pinto Da Cunha y que, a principio de año, contaban con una plantilla conjunta de casi 200 personas.

La primera, cuyo domicilio social está en Cerceda, facturó el último año de cuentas presentadas ante el Registro Mercantil (2018), algo más de 2,2 millones de euros. La segunda, en este caso con sede en Vilagarcía, sumó ingresos por valor de 5,2 millones. Desde la central sindical aseguran que, en la realidad y aunque se trata de compañías independientes a todos los efectos, «operan exclusivamente como subcontratas dentro de Malasa«. Explican que las compañías ya han trasladado la intención de desmantelar por completo CBR, aplicando un ERE de extinción, y «dejar un cuadro mínimo de personal en Montajes Nobre». «Entre otras cuestiones, aluden a la repentina pérdida de carga de trabajo asignada por Malasa», añaden.

ERE en Noa Madera

Malasa cuenta también con la filial Noa Madera Creativa, empresa ubicada en Ferrol que adquirió en el año 2018 y que también tiene a Inditex entre sus principales clientes (además de otros como es el caso de Adidas). La pasada semana  finalizó sin acuerdo el periodo de consultas entre empresa y trabajadores antes de la aplicación de los expedientes de regulación de empleo que se planteaban para la firma: uno extintivo para la práctica totalidad de la plantilla de la división de metal –alrededor de 70 personas– y otro de carácter temporal, de 15 meses de duración, para la otra parte de la plantilla.

A la lista de históricas auxiliares de Inditex golpeadas por la pandemia se suma el grupo Cándido Hermida que, del mismo modo que Caamaño, aplicó un ERTE de causa de fuerza mayor al inicio del estado de alarma y, ahora, negocia con los sindicatos la puesta en marcha de un segundo expediente atendiendo a causas productivas que, inicialmente, durará hasta final de año. «Explican que se irá saliendo de los expedientes en la medida en la que se vaya recuperando el negocio», dicen desde la parte social. 

Cándido Hermida

No obstante, el proceso de negociación de este segundo ERTE no están siendo tan sencillo. Explican los sindicatos que el principal problema es que, con ocho sociedades distintas dentro de un grupo de más de 500 empleados, cada expediente de ajuste laboral se negocia por separado. «Este lunes tuvo lugar una asamblea de trabajadores en Industrias Cándido Hermida y ya se ha llegado a acuerdo en Cándido Hermida Montajes, el resto de procesos se irán negociando a partir de esta semana», apuntan. 

Este lunes, también la CIG hizo pública una misiva de la plantilla remitida al propio Hermida en la que los trabajadores le piden al empresario que tenga en cuenta el esfuerzo hecho a lo largo de los años. «Sabes que hemos trabajado día y noche sin descanso para poder entregar las tiendas en plazo, que siempre hicimos lo que fuera necesario para terminar los trabajos que se encomendaban.  Siempre fuimos responsables, razonables, solidarios y solidarias. Siempre nos esforzamos cuanto pudimos. A veces en lugares muy remotos del mundo, lejos de nuestras casas y de nuestros seres queridos y en condiciones durísimas. Nunca te dejamos tirado. Jamás», reza la carta.

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp