Calviño apuesta por una planta de microchips en España para blindar a Stellantis Vigo
La vicepresidenta primera asegura en Vigo que España tiene "empresas y capacidades" para albergar una fábrica de microchips que permita reducir la dependencia de empresas de la automoción como Stellantis
La vicepresidenta del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y Transición Digital, Nadia Calviño, ‘saluda’ a un robot, durante su visita a la feria Mindtech 2021 en Vigo / Europa Press
La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transición Digital, Nadia Calviño, media en los parones de Stellantis Vigo durante su visita a la ciudad olívica. La ministra gallega ha desvelado que el Gobierno de España prevé «participar activamente» en «cualquier iniciativa» o estrategia para el despliegue de una industria europea de microchips.
A su juicio, España tiene «empresas y capacidades» para ser parte de ese proyecto que permitiría reducir la «enorme dependencia» que la industria española y europea tienen de los proveedores de microchips de Asia.
Calviño ha realizado estas declaraciones durante una visita a la feria Mindtech 2021 que se clausura este jueves en Vigo. Según ha recalcado, el Ejecutivo que preside Pedro Sánchez considera «absolutamente prioritaria» a la automoción y es por ello que los sucesivos parones de producción por la crisis de los microchips han puesto en guardia al Gobierno.
A vueltas con la escalada de la luz
En este escenario de falta de componentes y materias primas, Nadia Calviño ha subrayado la importancia de que haya «una autonomía europea estratégica en la fabricación de microchips». «Desde España, tenemos la intención de participar activamente en cualquier proyecto estratégico, en cualquier iniciativa de ámbito europeo», ha defendido, al tiempo que ha insistido en que el último Real Decreto del Gobierno trata de «amortiguar» otra de las losas a las que se están enfrentando tanto las familias españolas como la gran industria: el alza de precios de la energía.
La vicepresidenta económica del Gobierno ha reconocido que el precio de la energía es una cuestión «fundamental» para la economía de las familias y para la competitividad de las empresas y, por eso, se han tomado decisiones ante este «fenómeno de alza» de precios que llega en pleno proceso de transición energética. «Tenemos que asegurarnos de que el coste del proceso no recae solo en los ciudadanos», ha recalcado, y ha afirmado que el Gobierno ha actuado sobre tres componentes de la factura: el precio de la energía, los costes del funcionamiento del sistema y los impuestos.
