El caramelo de Brookfield a cambio de las centrales de Ferroatlántica
La multinacional tiene firmado un acuerdo de compra de las centrales hidroeléctricas con Ferroglobe que contempla establecer su sede social en la Costa da Morte
Brookfield, la compañía norteamericana con la que Ferroglobe tiene firmado un acuerdo para traspasarle las centrales hidroelécticas del grupo en España, aprovecha la solicitud de segregación ante la Xunta para desvelar sus planes de futuro. Algunos, como el compromiso expreso de mantener los puestos de trabajo, ya se conocían, pero otros no.
La multinacional, que cuenta con un siglo de experiencia en el sector energético, ofrece a los vecinos de la Costa da Morte –los más reacios a la separación de los activos hidroeléctricos de las plantas de ferroaleaciones–, el compromiso de fijar en la comarca la sede fiscal y social de la compañía en España. En este sentido, fuentes conocedoras de la operación no descartan que la norteamericana opte por crear una división ibérica en la que, además de las centrales adquiridas a Ferroatlántica, figurarían los activos eólicos de Brookfield en Portugal.
Brookfield podría dirigir desde la Costa da Morte su negocio de renovables en la Península Ibérica
No obstante, esta operación, al igual que el plan industrial de Ferroglobe, que prevé para Galicia inversiones por valor de 102 millones de euros, con la Costa da Morte como gran beneficiaria, está supeditada a que la Xunta acceda a la petición de la firma que controla Juan Miguel Villar Mir para devolver las concesiones de los ríos Xallas y Grande a su estado original en aras del interés público, y así poder segregar dos negocios actualmente indisolubles y hacer efectivo el acuerdo con Brookfield para la venta de las centrales hidroeléctricas.