Blablacar se libra de su juicio por espionaje informático

La compañía francesa sale indemne de la demanda que recibió de su principal competidor

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Blablacar saca ventaja a Amovens, su principal rival en el negocio de coche compartido entre particulares, en su batalla judicial. La firma francesa, que fue acusada de espionaje informático hace poco más de un año, recibió el primer espaldarazo de los tribunales en junio y ahora da por cerrado su enfrentamiento al no haber encontrado una reacción de su competidor cuatro meses después. 

El primer escollo, y finalmente único, fue qué país debía resolver el conflicto. Amovens defendió que debían ser los tribunales españoles, porque las presuntas irregularidades se produjeron en el mercado nacional; Blablacar creyó que la competencia era de la justicia francesa, puesto que las matrices de una y otra plataforma están en el extranjero (Amovens es propiedad de la firma danesa Gomore y Blablacar de la francesa Comuto).

Esta última postura fue la que defendió el juzgado 2 de lo mercantil de Madrid. El juez instructor dio la razón a la start-up francesa el 7 de junio, dejando la pelota en el tejado de Amovens, que debía decidir a partir de ese momento si continuaba peleando en el país vecino o se daba por vencido. 

Fuentes oficiales de Blablacar explican que, a día de hoy, Amovens no ha reabierto el caso. «Pudo interponer recurso de apelación, pero no lo hizo», explican desde la compañía. “Tienen la opción de retomar la demanda, pero supondría empezar de cero”, añaden para matizar que el proceso se dilataría todavía más tiempo.

Economía Digital se ha puesto en contacto con Amovens para conocer qué estrategia judicial seguirá. No obstante, este medio no ha recibido respuesta desde su departamento de comunicación ni tampoco desde el despacho de abogados que lleva la causa, Roca Junyent

Las acusaciones de Amovens

El frente se abrió el pasado verano, cuando Amovens acusó a Blablacar de utilizar un bot automatizado que extraía información — a través de una técnica conocida como screen scraping — de su página principal. 

Desde la firma dirigida por Mario Carranza en España explicaron que detectaron un incremento del tráfico de datos informáticos en la plataforma, hasta el punto de temer que llegaría a saturar los servidores. 

Blablacar fue denunciada por competencia desleal

“Vimos que un usuario sin actividad lanzaba miles de consultas para extraer de forma masiva información detallada de las diferentes rutas, como el número de ofertas y los precios”, afirmaron.

La compañía consideró que, ante los hechos descritos, Blablacar incurrió en competencia desleal, por lo que demandó tanto a la matriz francesa como a la subsidiaria española (Comuto Iberia), porque entendía que actuaban de manera coordinada. Pidieron que condenaran a la compañía a cesar en dichas prácticas, así como a asumir el pago de las costas.

La otra lucha de Blablacar y Amovens

Blablacar, nacida en 2006, cuenta con 5 millones de usuarios en España, mientras que Amovens, que arrancó tres años después, tiene ya más de un 1,5. El volumen de negocio entre una y otra compañía no se puede comparar justamente, porque Blablacar factura en Francia la actividad que genera en España, donde su filial solo realiza servicios de apoyo por marketing y publicidad.

No obstante, Amovens y Blablacar sí basan su modelo de negocio en el mismo servicio: el coche compartido entre particulares (carpooling), con el que la gente abarata el gasto de los viajes en sus vehículos y busca una alternativa al transporte público.

Hay otra diferencia. Amovens también está presente en servicios de renting, un frente que Blablacar descarta cubrir, tal y como ha manifestado en diferentes ocasiones su general manager para el mercado peninsular y Alemania, Jaime Rodríguez de Santiago-Concha.

Blablacar vale aproximadamente 1.000 millones de dólares

A pesar de que Amovens está por detrás, sigue expandiéndose desde que pasó a manos de Gomore en 2015. Cerró el pasado año una ronda de financiación de 5 millones de euros, que lideró la aseguradora Macif, con el objetivo combatir a Blablacar en su propia casa, Francia, donde estrenaron el servicio y destinaron más de la mitad del capital recibido.

Además, multiplicó por cinco todos sus vitales y creció a triple dígito. Con una facturación de 12 millones, ya ha alcanzado la rentabilidad y durante este tercer trimestre quieren «relanzar el viaje compartido para empresas e instituciones», según explicaron en una entrevista a Cinco Días.

Pero Blablacar está en otro nivel. El gigante sueco Vostok New Ventures, accionista desde 2015, calculaba en su último informe que su participación del 11,2% ascendía a 112 millones de dólares, lo que supone valorar el total de la compañía aproximadamente en 1.000 millones de dólares. En la documentación también se revelaba que Blablacar opera ya en 22 mercados y cuenta con 65 millones de usuarios.

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