Las dueñas de Bimba y Lola inyectan 25 millones a su grupo inversor

Las hermanas María y Uxía Domínguez anunciaron hace unas semanas la adquisición de terrenos en Porto do Moelle para levantar allí la nueva sede de Bimba y Lola, la última de las firmas textiles en incorporarse a esta saga familiar, pero que nada tiene que envidiar a la de su tío, Adolfo Domínguez, o a CH y Purificación García, que capitanea su padre, Jesús Domínguez, a través de Socidad Textil Lonia.

En los últimos tiempos, en los que la compañía ha cosechado muy buenos resultados, las hermanas Domínguez han estado moviendo su dinero y creando nuevas sociedades que nada tienen que ver con el negocio textil. Es el caso de Querida Carmen, una mercantil impulsada por Uxía, que figura como socia y administradora única, y a la que acaba de inyectar la nada desdeñable cantidad de 25,7 millones de euros a través de una ampliación de capital.

Caminos paralelos

La sociedad nació en diciembre de 2016 con un capital inicial de 136.000 euros, prácticamente el mismo que dedicó su hermana María hace ahora un año a constituir en Ourense la firma Tresemes 2017. Ambas centran su actividad en «la adquisición y enajenación de acciones y participaciones representativas del capital social de cualquier tipo de sociedad, incluso de aquellas de idéntico o análogo objeto social, mediante su suscripción o asunción en la constitución o aumento de capital, o por cualquier otro título».

Aparte de estas firmas, creadas como vehículos de inversión para entrar en el capital social de empresas, las hermanas Domínguez muestran un especial interés por las renovables, un campo en el que tienen negocios a través de las sociedades DMJ Berdom o Curros Enriquez 1, esta última impulsada en la década pasada por el padre de ambas.