Arcelor, Seat y Volkswagen lograron 570 millones en ayudas directas de fondos europeos, como pide Altri

Frente a la compañía portuguesa, con el proyecto de Palas de Rei en el aire, los tres grupos obtuvieron ayudas directas de los Next Generation en los últimos seis meses, con destino a sus fábricas de Asturias, Cataluña y Valencia

Pedro Sánchez y Ximo Puig junto al presidente del Grupo Volkswagen, Herbert Diess

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Todo un baño de realidad envuelve el cruce de reproches en el que se han enfrascado esta misma semana la vicepresidenta Calviño y el vicepresidente Conde. Y está en el Boletín Oficial del Estado. Si la coruñesa aseguró, en alusión al proyecto de la portuguesa Altri y los Next Generation, que “no se pueden dar a dedo o tomar decisiones arbitrarias en cuanto al desarrollo de estos proyectos”, el número dos de la Xunta contraatacó y acusó directamente al Gobierno de favorecer a Cataluña, Asturias y Valencia.

¿Y qué dice el BOE? Pues que en los últimos seis meses Arcelor Mittal, con base en Avilés; Volkswagen, para su gigafactoría de Sagunto, y Seat, con su planta de Martorell, lograron un total de 570 millones en ayudas directas de fondos europeos, como pide Altri. Pese a ello, la pastera lusa ha optado por concurrir al menos a una quincena de Pertes (planes estratégicos de recuperación y transformación económica) parciales que ni de lejos pueden cubrir las expectativas para su proyecto en Galicia.

Las aspiraciones de Altri

La compañía portuguesa enseñó sus cartas desde el principio, y aunque fue ajustando la inversión y aplazando la decisión final, el plan para la fábrica de fibras textiles a ubicar en Palas de Rei pasa por una inversión de 850 millones de euros, que los fondos Next Generation cubrirían en un 25 o 30%. Es decir, sobre la mesa, la necesidad de unos 200 millones de euros en ayudas, aspiración que desde San Caetano se ha enfriado desde el inicio, al asegurar en diferentes momentos que se trataría en todo caso del importe total a financiar, con ayudas europeas, créditos blandos o préstamos participativos.

Algo separa a Arcelor, Seat y Volkswagen de Altri: las tres primeras son industrias ya implantadas, con actividad en España y miles de empleos en juego, frente al grupo portugués, que hasta ahora ha tenido a Galicia como proveedor de madera. Y algo también les une. En todos los casos, son grupos de capital extranjero.

La “singularidad” de Arcelor en Avilés

El gran golpe lo dio Asturias. El Consejo de Ministros aprobó en abril el real decreto por el que se regula la concesión directa de 450 millones para la ejecución del proyecto de hidrógeno circular de Arcelor en Asturias. Esta ayuda se enmarca dentro del Perte de Descarbonización, dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.

“Esta subvención tiene carácter singular en la medida en que la adopción del uso del hidrógeno de origen renovable a escala industrial es inexistente, sin que existan precedentes en España, y sólo hay una empresa candidata para hacerlo a gran escala. Esto imposibilita la convocatoria mediante concurrencia competitiva”, aseguró entonces el Gobierno para justificar tamaña inyección de fondos públicos.

Seat y Volkswagen, en Cataluña y Valencia

Otro buen pellizco se lo llevó Valencia a principios de año. Y es que el Gobierno prevé generar 2.484 empleos directos e indirectos con la subvención directa de 90 millones de euros otorgada a la Comunitat Valenciana para incentivar las inversiones orientadas a la construcción de la gigafactoría de baterías en Sagunto por parte de Volkswagen.

Y en diciembre, la Generalitat acordó la concesión de 89 millones de euros en subvenciones directas a Seat en cuatro años. Es una ayuda complementaria al Perte del automóvil, que suma unos 357 millones al consorcio encabezado por Seat-Volkswagen, aunque solo 44 millones eran para la planta de Martorell. Del total de ayudas de la Generalitat, 60 millones son fondos propios del Govern y los restantes 29 millones proceden de una transferencia directa del Gobierno. En el caso de Altri y Galicia, el Ejecutivo también quiere saber cuánto está dispuesta a poner encima de la mesa la Xunta para que la fábrica de Palas sea una realidad.

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