Asturias logra los contratos de armamento que A Coruña no huele
Mientras la fábrica de armas de A Coruña aguarda con los brazos abiertos carga de trabajo, la factoría de Trubia (Asturias) no deja de sumar contratos
A Coruña y la localidad asturiana de Trubia son dos caras de una misma moneda. Ambas albergaron en su día sendas factorías de Santa Bárbara y las dos sufrieron un importante recorte de plantilla, que en el caso de las instalaciones de Pedralonga estuvieron a punto de poner el punto y final a una historia industrial de casi seis décadas.
Después del bache, decidieron seguir adelante. En el caso de la factoría asturiana, todavía bajo el control de General Dynamics, que agrupó allí la actividad de las fábricas de La Vega y Oviedo, pronto comenzaron a llegar los pedidos. En A Coruña, el alcalde y los trabajadores de la antigua Santa Bárbara consiguieron convencer a Defensa, propietario de las instalaciones, para que sacase a concurso la concesión. Hércules de Armamento resultó vencedora de aquel proceso hace ahora tres años, pero desde entonces las máquinas apenas se han puesto en funcionamiento.
La actividad en Pedralonga es casi nula, como constatan los pobres resultados económicos obtenidos en 2016. Una parálisis que viene motivada por la difícil situación financiera que atraviesa la concesionaria, que espera la llegada de un socio inversor para volver a ser el centro de referencia que un día fue.
Pendientes del Ministerio
Mientras tanto, en Trubia trabajan a destajo para cumplir con los plazos de entrega de los distintos contratos. Uno de los más importantes que tienen ahora mismo es el de la construcción de las barcazas de más de 500 carros de combate para el ejército británico. También está a la espera de uno de los más importantes contratos que tiene sobre la mesa el Ministerio de Defensa español, el del vehículo de combate 8×8, cuyo montante podría superar los 1.000 millones de euros.
Por lo de pronto, General Dynamics-Santa Bárbara Sistemas, en alianza con Indra y Sapa, ha logrado el contrato de I+D+i, valorado en 89,2 millones de euros, para el desarrollo de cinco prototipos en los que se basará el futuro vehículo del Ejército de Tiera. Este repunte de la actividad ha permitido a la multinacional contratar a parte de los 55 trabajadores despedidos de los centros asturianos.
El contrato del 8×8, que ronda los 1.000 millones de euros, daría mucha más carga de trabajo a la fábrica de Trubia
Pero las buenas noticias para Asturias no quedan ahí, Explosivos Alaveses (Expal), filial del grupo Maxan, va a iniciar la fabricación de componentes metálicos para municiones de mediano y gran calibre en los que los talleres de munición de Trubia, que han estado casi una década sin actividad.
Tras llegar a un acuerdo con Defensa para la cesión de los terrenos, la compañía española, que cuenta con más de 1.300 empleados y 11 centros de producción repartidos por Europa y Estados Unidos, pondrá al día la maquinaria y empezará a fabricar, paa lo que necesitará contratar a cerca de un centenar de personas, según apuntan fuentes del sector.
No habrá competencia entre estas dos empresas, ya que tanto General Dynamics como Expal tienen en el Ministerio de Defensa a su principal cliente. Eso sí, el aumento de la actividad les puede obligar a derivar parte de la producción a otros centros. Aquí es donde podría entrar en liza la fábrica de A Coruña, pero para ‘rascar’ algo primero tiene que regularizar su situación y dejar a cero su deuda con la plantilla y las administraciones, que ronda supera los cinco millones de euros.