Así triunfan los gallegos de Silicon Valley
Empresas como Google, AdRoll o Amazon aprovechan el talento de la que probablemente sea la generación de jóvenes gallegos mejor preparados
En Galicia se habla estos días del récord de exportaciones y de los problemas demográficos que traen de cabeza a políticos y economistas a la hora de diseñar el futuro del sistema de pensiones. Es ahora cuando se acuerdan de otra exportación, la del talento, que ha llevado a muchos gallegos a cruzar el charco para labrarse un futuro. Su valía les ha hecho llegar muy lejos: hasta Silicon Valley.
Martín Gallego lleva apenas un año en las oficinas de Google en San Francisco, pero tiene claro que de momento no va a volver a España. Por lo menos hasta que haya un cambio de mentalidad. Y es que, como él apunta, “aquí no se miden las horas que estás en la oficina, sino el trabajo que aportas”. También por la falta de espíritu emprendedor. “Es más fácil que en Galicia te dejen 50.000 euros para casarte que para montar un negocio”.
Para entrar en este gigante tecnológico, Martín ha tenido que superar un exigente proceso de selección. Ahora trabaja en Google Cloud, la división de servicios en la nube, identificando proyectos para mejorar la eficiencia de los vendedores, “para que puedan estar más tiempo con el cliente y menos haciendo burocracia y también ayudándoles a mejorar”, explica.
Sin complejos
Para él, lo más enriquecedor es poder trabajar con gente muy buena y que viene de muchos sitios diferentes y con otra visión siempre enriquece y motiva para trabajar. “Estuve en fábricas con un 99% de personas de la misma nacionalidad y aquí es un mix total. En mi equipo hay gente de Colombia, Brasil, Australia, India y EEUU y eso lo hace muy enriquecedor”. Él ha podido sacudirse el complejo de que los españoles somos inferiores “En tema de educación y formación no tenemos nada que envidiar a otros países, lo que cambia es la mentalidad”, insiste.
La ingeniera Miriam Pena es de la misma opinión. Esta joven de Bueu figura entre las doce mujeres ingenieras a las que el mundo debería seguir en 2018, según la plataforma Women 2.0. Ingeniera informatica por la Universidade da Coruña, se especializó muy temprano en Erlang, un lenguaje de programación minoritario que le ha llevado por países como Egipto, Suecia o Irlanda, hasta llegar a EEUU, donde ahora trabaja para AdRoll, líder en el sector a la publicidad basada en las búsquedas del usuario.
El pasado mes de diciembre estuvo en su antigua facultad para contar su experiencia a los alumnos. Recientemente, en una entrevista a El País reconocía que España tiene potencial. “Con talento, iniciativa y creatividad, además de software, se pueden hacer grandes cosas. El coste de vida en España es mucho más bajo. Pero hace falta invertir en software desde edades temprana. Aquí se ve como una cuestión de Estado”.
Emprendimiento en el ADN
Otra cosa que se lleva en el ADN en Silicon Valley es el emprendimiento. Javier Cambón Sanjurjo, otro ingeniero gallego, cuenta que hasta su mecánico comentaba con él hace unos días un proyecto que tenía en mente para producir fertilizantes. “Aquí es normal que la gente se dé consejos mutuamente”, explica.
Él llegó a Silicon Valley en 2010 para cursar un MBA en la Universidad de Stanford becado por la Fundación Barrié. Tenía claro que quería “empaparse” de la gente y las empresas de esa zona antes de emprender su propio proyecto: Linknovate, que simplifica la vigilancia tecnológica de cualquier industria, identificando nuevas tendencias y monitorizando información relevante para su actividad
El equipo de Linknovate está en su mayor parte en A Coruña. Javier confía en poder alternar estancias en Silicon Valley con visitas a su ciudad natal en las que poder ayudar a otras personas a emprender sus propios negocios, del mismo modo que ahora compagina su actividad en su start-up con su trabajo como director de producto en Hover, otra pequeña empresa de Silicon Valley que le sirve para derivar aprendizaje a la mejora de su empresa.
Compartir el talento
Esto mismo fue lo que hizo Marta Fraga, que si bien no trabaja en Silicon Valley, puede presumir de haber participado en la puesta en marcha de Amazon.es, así como en el aterrizaje del dispositivo Kindle en nuestro país. Ahora, desde las oficinas centrales de Seattle, su cometido es encargarse de la logística en los centros de distribución para determinados productos que desarrolla directamente Amazon, como es el caso de los libros electrónicos.
Marta visitó Galicia el pasado verano para participar en la iniciativa Talento.gal, una acción desarrollada por la Asociación de Empresas de Tecnología de Galicia (INEO) con el apoyo del Igape. El acto, en el que también estaban Carlos Santos, representante de Denodo, e Ismael Faro, de IBM Research, Marta Fraga reconoció que el problema de Galicia está en el tipo de proyectos que se desarrollan, ya que los jóvenes como ella buscan empleos que les supongan “un desafío” y también “que tenga algún impacto en el medio que le rodea, bien para la empresa o para el cliente”.
La ciberseguridad, en auge
Una iniciativa similar es la que puso en marcha el lucense Angelo Prado, que acaba de dejar su puesto en San Francisco como director de seguridad en Salesforce para irse a Nueva York como director senior de ingeniería y seguridad en Jet.com, que es una subsidiaria online de Walmart, la compañía más grande de Estados Unidos.
Hace diez años comenzó a organizar unas conferencias anuales de seguridad para estudiantes en A Coruña denominadas GsickMinds. En su opinión, “con salvadas excepciones, el sector de la ciber seguridad en Galicia no está muy desarrollado y necesita más inversión. Necesitamos más personal cualificado y que le apasione romper y defender sistemas informáticos. Es una de las profesiones mejoro valoradas a nivel profesional y salarial en Estados Unidos”. Que las administraciones y las empresas vayan tomando nota.